jueves, 31 de diciembre de 2009

La semiótica espacial de Mala-Leche




Esta tormenta ha estallado en el corazón de mi mente.
Creo que algunas cosas que ocupan un pequeño número de instantes en la vida se pueden ir acumulando fácilmente en un sobre o en una obra de arte, y la paz,
perseguida por los ignorantes,
esconde además la estúpida esperanza de no tener suficiente sangre, es decir, todo el trabajo de dos amantes en el norte. No diré quienes.

En una serie de conchas que respira la noche y el viento, soy como la grava y un poco de amor y estoy encantado de ser abordado como un barco pirata,
pues prefiero comparar una variedad de la belleza con otra de la dulzura,
y también tocar una larga nota en la guitarra de la experiencia.

Si cuenta la paciencia de la marea eterna de la miseria humana, acierto en mi tono,
y parece que el agua está lista para describir las posibilidades interactivas del deseo.

El trabajo de mármol es una canción de la noche. No, la luna es una red de espuma y el ruido de las olas en la arena un motor, y el ritmo constante de la tienda una aventura. Una rica experiencia de trabajo de la tierra y el mar, en la misma noche, la experiencia y los destellos de luz, y el espíritu y la atmósfera de violencia.

Esta noche, las mareas y los iconos se reservan para su uso posterior.

¿Los traficantes de peligros ya no creen en el trabajo?

Paso por la cocina, veo tortas de luna en la noche de noches, como y bebo nostalgias.

Toda mi vida siento chispas de oro en la frontera de la tierra con el mar. Y ahora pienso en la ansiedad de mi pupila cuando se frota para ver las olas, y en el conocimiento de años de luto, del mar eterno y un mono que se ha visto incluido, pero qué decir de la miseria humana, y parece que cuaja la idea de la tristeza del Mar del Norte.

La playa es una obra maestra de suspense que no está en el libro que estoy escribiendo con un estilo glamoroso que utiliza dos palabras toda la noche y el valor y la astucia del amor dedicado a la paz y al amor. Armado para luchar contra la noche americana, y espero que mi sangre no beba cervezas diferentes, nunca me dijeron que la aceleración de la bohemia se acaba como el calor de la playa en invierno
o el brillo de la roca
o el ruido en la calle
o el tiempo en el efecto
o el compromiso en el silencio.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Concierto de Navidad

Poesía y poetas. Vaya.


Hubo un primer poema, en algún momento; alguna vez alguien lo compuso, y ese fue el primero de todos, no importa si el segundo nació un minuto después a varios miles de kilómetros de distancia del primero, o demás estupideces. La poesía nació por sí misma sin necesidad ni de poetas ni de críticos ni de cafés ni de imposturas ni de sacrificios. Brotó. No fue necesaria ninguna historia de la literatura, ninguna tradición identitaria. Cuando nació, nació por sí misma, sin parangón, pura y totalmente nueva y fresca.



Si la poesía brotó por sí sola sin necesidad de grupos, editoriales, concursos, tendencias, movimientos, replicantes, impostores, envidias, resentimientos, traiciones, vanidades, lecturas, presentaciones, firmas y todo lo que caracteriza al maravilloso mundo literario contemporáneo, ¿podrá brotar con frescura entre tanta mierda, tanta metapoesía, intertextualidad y demás refritos? Un poema que necesita el peso de su propia tradición para explicar su postura (o impostura), es un fraude, un pleonasmo, una broma.



¿Paso? Sí, creo que paso, ¿no?



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jueves, 24 de diciembre de 2009

La habitación cojiblanca de Mala-Leche

He encontrado la forma de la presencia mística en una aventura industrial
He roto la muerte de todos los horizontes con la fresca sombra de mi silencio
He filmado un amor gris como un paseo hipnotizado por los efectos del miedo
He recogido la azarosa pigmentación a la medida de su irrupción musical

Los años de añoranza de océanos filtrados por la amabilidad me dan igual
No hay eternidades que acompañen al hombre con la muerte en este misterio
No recorreré los caminos de Perrugia o Florencia con alas blancas al cuello
Ni pintaré el recuerdo de mi sombra para la derrota de los filibusteros del mal

Este motor sin herramientas, esta desilusión en un viaje, este deseo constante
del elixir de su corazón o el amor del gran cielo azul, avanzando trepidante
si sueña un hombre, si queda una mancha en las manos, se irá con mi rocinante

Mi trono gira en torno a mi gran alucinación. Que se despierte él, con sus ojos grandes,
No aspiro ya a mantenerme en pie, ni a tratar de excavar con palas un valle de setas gigantes,
porque no aguantaré la calma ejecutada en una rueda de la fortuna con fiebres excitantes.

lunes, 14 de diciembre de 2009

El desencanto del verbo imantado

¿Para qué escribir?

¿Para qué proyectar nada en las palabras
cuando otro proyectará en ellas sus sueños?

Sábanas de colores,
paredes pintadas,
papel, de seda y de estraza,
y el crujir de árboles muertos:

sed pantalla de lo invisible.

El espejismo-motor del poema
se esfuma al besar el delirio ajeno,
como los sueños cumplidos son las pesadillas
de sus suspiros invocantes...

La proyección de la poesía,
la que la anima,
es la mentira;

toda fascinación procede del espejo.

¿Y el parafraseo alrededor de un verso?
¿Y sus complementos?

Uniformes, café,
miradas, poses,
odios, envidias,
resentimientos,
cuchicheos,
chismes,
lecturas,
presentaciones,
reuniones,
recitales,
rencillas,
intrigas,
falsedades,
maniquíes,
maniobras editoriales,
sonreír a quien conviene...

Cuando una nada tan insulsa
necesita tanto para completar su farsa,
es que es sólo un mal reclamo
soplado en el desierto
por un cazador ciego
para patos imaginarios.

¿Qué ha pasado con el hálito de vida,
el que muere al ser nombrado?

El propósito, el ímpetu,
el misterio y su conjuro...


¿Poesía?

¿Me hablas de eso?

¿Poetas?

¿Sabes quién eres tú?

¿Sabes qué eres?

¿Sabes, aunque sea a algo?

¿Crees, aunque sea en tu propia llama?

¿Y tus ojos de cristal,
qué significan?

Y ni siquiera me devuelves
un “no” encendido
exultante de arrogancia...

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domingo, 13 de diciembre de 2009

lunes, 7 de diciembre de 2009

Galería de poetas monedistas: Roberto




Roberto era un poeta filósofo, porque estudiaba filosofía, y probablemente sigue siendo poeta y sigue estudiando filosofía, además de nuevas actividades. No lo he visto cuando he estado en Sevilla, pero en su momento fuimos muy amigos y llegamos a tener mucha complicidad. Roberto ha sido apodado Dr. Roberts, en honor a la canción de los Beatles, y también he oído a gente llamarle "Rober", pero siempre me ha gustado llamarle Roberto. Roberto frecuentó las reuniones del grupo de poesía en el patio desde el primer año en que se convocaron. Siempre acudió a las reuniones de poesía con un poema escrito a mano, a veces el mismo día viernes, y a veces con más de un poema, pero había que pedirle que lo leyera para que pronunciara sus versos, a menudo breves, y con poco énfasis, pero muy seguros, como saetas al corazón del testigo. Su poética siempre se centró en el amor, en su forma más desnuda, palabras que nunca hablaban de relaciones a largo plazo, sino de gritos y vacíos, en los que se escuchaban ecos constantes de sus múltiples referencias, Ezra Pound, Téophile Gautier, la saga de Gilgamesh y Rimbaud, como todos en aquellas fechas, sobre todo Ojos Negros. Roberto publicó un poema que escandalósamente mencionaba la palabra semen en la revista Espacio Joven que saqué con María, Antonio, Juan Alberto y la alcaldía de Manuel Ruiz, en Alcalá de los Gazules. La última vez que vi a Roberto, me trajo un emocionante regalo, un detalle escogido: una breve antología de poesía árabe muy poco pretenciosa, encontrada probablemente durante un glorioso paseo matutino.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Mala-Leche en la biblioteca en llamas


Ojalá se salven los miles de libros que leí, y ojalá se salven los que no pude leer.
En este siglo XXI, -piensa Mala-Leche-, los libros que se quemen serán los últimos
porque no se volverán a reeditar en papel, porque solo habrá copias digitales y en pdf
o en los buenos y mejores formatos que vayan sucediéndose en las próximas décadas.

Las marcas, los órdenes, las notas, los apuntes y reseñas, los recuerdos y las manchas,
se esfumarán también con el papel y el plástico de estas ediciones recientes de editoriales cursis,
pero tan suaves que agradan, esos libros plastificados de buenas ediciones que ni nosotros ni nadie leerá nunca,
y a lo sumo de las bibliotecas se conservará una cultura familiar hecha de lecturas en voz alta,
de oralidad en la cena, de sesión de lectura poética, o filosófica, o una novela francesa, o un refrán.

Las bibliotecas públicas también tendrán sus colecciones cuidadas por aficionados conservadores, como si fueran teatros o museos de arte o de cualquier otra especialidad, porque los libros serán
la forma externa de una especialidad de la vida capitalista disuelta en la red de la información
y la comunicación
mediante nuevas tecnologías.

Las llamas se propagan por las estanterías de mi biblioteca. Ojalá se salven algunos libros, unos cuantos, alguno. No me quedará nada. Tocaré música, pintaré, bailaré, seré holgazán.

(Mala-Leche se acuerda de su violín)

lunes, 30 de noviembre de 2009

Ayeres y otros mitos

¿Dónde has estado?

Claro,
y por qué no,
"de cuando el aire eran promesas
y la luz eran filtros de olor de lluvia".

Sí,
olía a lluvia hasta en el desierto,
y qué rico el mosaico,
la vista grande,
cercana,
oler la luz,
beber el aire,
ver el sabor,
tocar con la mirada,
bailar su corazón,
el de cualquiera,
y sobre todo alcanzar la ceguera blanca de la muerte.

Pero el olor a barro lo es de ozono,
la lluvia huele a gas de átomos gemelos,
el saltinbanqui descubrió su alma,
tras ser tierra,
árbol, madera,
Pinocho
y burro.

Pero no importa,
¿recordar cuando el mundo pertenecía
a mis pestañas?

Qué pequeñas eran vistas sólo con los ojos...

Subir las torres de las farolas,
beber la lluvia de vino,
saltar como hojas secas
entre los corazones huidizos de la gente
-y entre los afectuosos,
hojarasca,
tormentas,
tornados con que firmar el suelo...

¿Dónde has estado,
cuando los cristales rotos
nos hicieron heridos,
yonkis de la poesía del gemido?

Amigo,
las botellas rotas
no se fueron como nuestros
ánimos de bronce,
fluyendo con el fuego...



Ahora, toca eliminar la herencia,
y obligar a los faisanes a que vuelvan
a arrojar sus plumas por las corrientes
del arroyo...


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martes, 24 de noviembre de 2009

Mala Leche, y su instantánea

Un paseo,
un intento,
una treta.

Hay algo en el movimiento
de estepa del pavimento,
como un seseo de columpio
- el balanceo prometido
en un susurro a destiempo.

El acerado de parcelas
devuelve geométricos los ojos
presuntos del águila que vuela,
y es el sol,
el que levanta este oleaje
de viento de luz,
quien ciega al equilibrio
y lo florece en aleteos de miradas.

En la cabeza que pasea,
justo cuando cabe un niño,
y el resto de interferencias...

... se ha detenido la tierra y,
apagadas,
se están aburriendo
de nuevo las estrellas...

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Mala-Leche con los ecologistas yankees



Las intenciones eran buenas / en las colinas pacifistas / de las comunas ecologistas
Las noches ponían películas de Godard, de Louis Malle, de Bertolucci y de Pasolini
Las tardes cantaban con guitarras y botellas / y encendían las típicas hogueras
Las mañanas besaban las plantas / con poca agua / y mucho sol natural
Las bodas eran de Kusturica / y las cenas eran de Visconti
Los cuadros eran modelos de nature art, biodegradables y efímeros / y hechos con palos y piedras
Las novelas se leían diez veces / como en Farenheit de Truffaut, y los poemas cien veces / dando gritos
Las estrellas flotaban entre cortinas /de oscuras capas de ozono / y frescor del aire
La luna inspiraba a los niños / pero muy a menudo solamente / unos minutos de incredulidad
La mejor foto era la de las chicas / posando juntas vestidas de campesinas
La mejor luz era la del mediodía / cuando sonaba el silbato para descansar.

Pero llegaron los cyborgs, los films de David Lynch, las teorías de Fukuyama
las peleas por los platos, los platilllos volantes y los telefilms / y también las teles individuales
las decisiones difíciles de vender / y mudarse a la ciudad
las correcciones en los guiones / de las adaptaciones de novelas americanas / sobre el New Deal
las traducciones de los artículos / sobre arquitectura funcionalista / y sobre el Yeti del Nepal
los pisos minúsculos en edificios / sin luz en el pasillo y la bici pinchada / y la cena sin pan
los papeleos para Almodóvar, los paseos por la calle sin un duro, los recados para Peter
las reminiscencias / de las novelas de Steinbeck...

A veces camina / hasta la estación / y piensa en Carole / y en los demás.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Mala-Leche en Wall Street


A finales de futuro con carros efervescentes Mala-Leche es una esponja
mientras suben y bajan, suben y bajan, suben y bajan las ilusiones de opulencia
Melville y los americanos juegan al parchís y a la camorra en un despacho de luces
mientras suben y bajan las evidencias y las corrientes gasoeléctricas.

Trapos de algodón y el alma cantando en la arena del sol del verano
mientras suben y bajan, suben y bajan, suben y bajan las pruebas técnicas
Mala-Leche levanta su mano y clama al cielo con sorpresa que es un hombre libre
mientras suben y bajan las compuertas, suben y bajan las conciencias.

Un amor destilado en la puerta de una armario, un delfín en la mano y tirachinas
mientras suben y se bañan las golondrinas y el genio del capitalismo se estrella en las estrellas
La velocidad de Breton estrellándose también con su coche loco en el fondo de la vida
mientras suben y bajan, suben y bajan las acciones de las grandes empresas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El Historicismo y su obra

"Extended las alfombras de la mente
como prados de infinitos horizontes
del pasado, futuro y presente."

Tejer mantos de pastos y después,
ahogarse en clorofila.

El papel de los libros
no es buena piel
para los jugosos malos sueños de la hierba...

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Mala-Leche sin atributos


Así se asesinan las ideas, -pensó Mala-Leche en su despacho-, como libros
que nadie leerá ya en este fin de siglo, que dura ya sus veinte años, en un siglo XXI
más trillado que los dos anteriores, más cargado de ilusiones vacías y de finales
que una ceremonia deportiva para masas y para naciones y para sueños de niño.

Las altas expectativas, -prosigue-, no despiertan ya ni pasiones auténticas ni silencios
sino escepticismos tan duraderos y sólidos como joyas diseñadas, como cubiertos metálicos
o como pueblos de piedra a los que nunca llegarán las carreteras de asfalto y señalizaciones.

La fehaciente destitución de los valores cristianos y el fraude de los orientalismos mal diseñados
se suman en un olor a pasado que domina sin discusión las rutas de posibles viajes al poder
o los últimos esfuerzos por tener en este mundo algo contra qué indignarse sin mesura.

Nada queda ya de los trámites burocráticos y de los papeleos complicados con DNI
en esta situación absurda de espera, de antivanguardias, de frenética incertidumbre.

(Mala-Leche en este punto se levanta y retoma la lectura desesperada de Musil)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La ansiedad artística de Mala-Leche



Será triste el otoño en la ciudad y los bares de camioneros y de asesinos
Y felices serán sus pasos seductores con sus amantes elegidas con cuidado
como una colección fechada ayer o en los noventa de atletas viriles y fornidos
abusados por la bebida y la venganza
de sus madres y de antiguos agravios. Así es el márketing.
Mala-Leche, traficante ya maduro de canciones y experiencias
como un pastiche vienés, o una tumba abierta, o un manicomio de maricas en la posguerra
está dispuesto a entregarse a la prensa
está dispuesto a venderse a la tele-TV
está dispuesto a encender su penúltimo cigarillo
y confesar su mecanismo angustiado de escritura
ante un comisario divorciado de provincias.
Esto no puede ser una película, -piensa o especula-, sino a lo sumo un mal ejemplo
del dolor cotidiano de nuestras redenciones sociales en la vida americana.


lunes, 9 de noviembre de 2009

El alumbramiento de Mala-Leche

Mala-Leche es Monedismo.

Mala-Leche,
el de las órbitas oscuras,
contiene en sus ojeras el mapa
del vértigo del mundo.

Mala-Leche irrumpe en las miradas
y regala un fuego de batalla,
el descanso de los campos esquilmados,
y firma una huella de discordia
entre aquellos que se aturden con palabras.

Mala-Leche,
que de volar añora el peso
y que de peso,
sueña un vuelo;

que de mirar desde arriba
siente asco de la altura y
de pesar entre la sombra,
pesadumbre de un sueño de luz,
arrebata al sol mismo su figura.

Amor de Mala-Leche,
vaivén de frente entre un glaciar
y un corazón de estrella.

Ha nacido Mala-Leche arrepentido,
morirá disconforme,
cantará sin hacer ruido,
y callará ensordeciendo
al tumulto y sus credenciales de reloj,
sólo por el gesto inmutable de su frente...

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viernes, 6 de noviembre de 2009

Cuento de Navidad

Hay algo que no funciona bien en mi reloj.
Salgamos a dar un paseo, había dicho, hacía invierno despelucado y robábamos mecheros para la noche, salgamos a dar un paseo, los árboles encorvaban sus dedos y encendimos lamparillas de papel con una vela dentro, así no nos perderíamos.
Ven, vamos a mirar aquí dentro, dijo, una puerta en una esquina, no estaba encendida, hacía tanto frío, despacito sin hacer ruido fuimos asomando los pies y la cabeza. Allí estaba. Quiero decir, allí estaba ella misma, bien vestida, parecía una oficina, olor a informes y a naftalina nueva. Yo se lo dije, le pregunté eres tú? y ella contestó parece que sí. No nos vió. Sonó un teléfono muy moderno y, al contestar, hablaba sobre un reporte, no sé, unos porcentajes, unos números y una cuadratura de una cuenta completamente desconocida. Yo le volví a preguntar eres tú? y me volvió a responder no puede ser, yo no soy exactamente así, además yo estoy contigo. Estaba muy bien vestida y llegó un señor también bien vestido, parece que habían quedado para cenar, recogió las cosas y antes que se dirigieran a la puerta, ya estábamos fuera. Fuera otra vez con el frío, y qué frío, cogimos las lámparas de papel y salimos corriendo, por si nos veían cuando salieran, pero no salieron. Teníamos dos mecheros y con eso nos calentamos un ratito.
Había luz en una ventana allá al final de la calle, vamos a ver qué hacen? venga. Mientras nos acercábamos íbamos oyendo la voz de un señor que hablaba seriamente de algo. Al asomarnos por la ventana vimos que había más gente. Estaban sentados en fila mirando a un señor de pié, con gafas y camisa de cuadros. Escribía cosas en una pizarra, cosas raras que no entendíamos. Eres tú? me preguntó, no puede ser, le dije, yo estoy aquí contigo. Sí, eres tú, me dijo, yo le decía que no. El señor hablaba de cosas importantes, parece que quería demostrar algo y todos le escuchaban con interés. Pegamos tanto la nariz al cristal que una de las personas nos vió. Inmediatamente huímos de la ventana. Ella se reía diciendo eres tú, eres tú que no, cómo voy a ser yo?. Ya no vamos a ningún sitio más, vale? vale, vámonos a casa.
Y qué frío hacía. Más frío que en la barriga de un frigorífico. Volvimos a casa y, por el camino, cogimos otro mechero para la noche. Mañana volvemos, a ver qué hay aquí, esto es muy raro. No, yo no vuelvo. Y eso?. Me da miedo. Miedica. No te metas conmigo. Miedica miedica miedica. Hasta que nos quedamos dormidos.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Vanguardia monedista y conciencia de clase


En el nombre del poema monedista se resuelven las últimas dudas que podían existir sobre el buen fundamento de dadá, de los surrealistas de entreguerras, de la poesía Antifascista (Alberti, Lorca y Picasso), de los letristas, de los situacionistas y el pleno descarrío de todos los que quieren neutralizar la revolución poética. El sujeto de la historia sigue siendo el proletariado revolucionario, y cada paso hacia la libertad es un renglón más en la crónica monedista. Somos herederos de la Ilustración pero más que nada, somos creadores del romanticismo del siglo nuevo. Walt Whitman podía ser divinamente ingenuo, vivió en el siglo XIX, pero nosotros somos humanamente peligrosos. Una revolución más, y de la libertad cantaremos los colores.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Revoluciones

La siguiente edición del periódico traía más de lo mismo. Tirones de manta, trampas bajo la mesa y bofetadas carísimas. Regalaban estampitas de jugadores de fútbol y cupones para una vajilla. Séneca argumentando las derrotas del Betis y cuatro pisos más arriba, en una mesa frente a la ventana, el otro Kerouak empieza otra vez el nuevo tema de una asignatura que siempre suspende. Dice que en realidad es Homero, pero quiere viajar y como no tiene dinero, se lo inventa. Es divertido leer cómo se imagina la India o Japón. Su novia se pasa casi cada tarde a la hora del café y a veces se queda a dormir. Él quiere trabajar, dice que está cansado de esperar y que lo que le interesa es el dinero y ella insiste en que tenga paciencia, que siga intentándolo, que merece la pena; él piensa, de alguna manera, que es un héroe, lucha por el amor de su chica y sufre por el destino; ella piensa que ya sería hora de que despertase, le cura con las palabras, entra en sus suenios para arreglar su fiebre de justas y honor y, a veces, él se entera.

Neptuno ha vuelto a la ciudad, tiene mil historias que contar, hemos quedado a las once en El Chiringuito, vendrán el Marqués del Azafrán, Ofelia, Caperucita y el Rey de Bastos, vendrán Sigfredo, El Cid y Ben Sahl. Brecht pone las copas, y en la esquina, Proust sigue intentando afinar la armónica. Si quieres ayudarle, inténtalo, te llamará perdedor sólo por haber nacido, o algo peor, todo sería carnavalesco si no fuera por la otra Paris, la Hilton, una yonki con un excelente gusto para los foulards, todos alaban sus joyas de plástico y ella se envuelve con orgullo en su noble chaqueta vieja, está orgullosa, hoy ha sido una buena noche, ha juntado casi trece euros y con eso puede vivir un día más, hay que celebrarlo, yo le invito a un botellín que se deja olvidado cuando un viejo la llama a voces desde la esquina.

Después, cuando se cuelgan las estrellas, lo mismo te encuentras a Einstein que a Madam Curie, Marco Antonio habla con el violinista de la esquina, se llama Federico, es poeta y vende una maría espléndida. Al otro lado de la acera, el Fantasma de la Ópera y Don Juan gritan borrachos a dos putas que turnan la guardia para los corazones abandonados, son Friné y "la Bardó", las catedráticas de la Casa de las Sirenas, por diez euros se lo dejan, ellos andan demasiado borrachos, una pandilla de punkis les ofrecen un litro y al rato recitan a Joyce de memoria. Y lo único que queda después de que desaparezcan las sirenas de la policía es el sonido de la escoba de Don Quijote, que se ha sacado una plaza de barrendero porque otro está enfermo.

Recuerdo que me dijiste algo de la revolución. La revolución. Mira, de buena gana me agarraba a las armas, me travestía de soldadito y me ponía al mundo por montera si no fuera porque todo esto me parece cojonudo. Sabes?, todos los ratones nos acabamos encontrando en los rincones más exquisitos. Es lo que tienen los malos momentos, que nos hacemos más hermanos. La Moneda sigue en obras y será divertido hacer una fiesta allí cuando se abra de nuevo. Me lo he pensado mejor, cuenta conmigo para lo de la revolución, de perdidos al río. Bombardearemos con libros las universidades, haremos mil revistas realmente interesantes y fundaremos un grupo de teatro, y cuando acabemos, moriremos tranquilos sabiendo que nos hemos comido una mierda olímpica, pero que, al menos, lo hemos intentado.

Cuenta conmigo. Apúntame en esos papeles revolucionarios, pero no me des responsabilidades porque de noche me espera mi Paris, la otra Paris, me espera "la Bardó" y "la Cítrica", y los punkis son como la familia. Sin ellos todo es aburrido. Nos vemos ya sabes dónde. Me alegro que todavía pienses así. Un abrazo. Ten cuidado con el almidón, que engancha.

viernes, 30 de octubre de 2009

Self-hacerse



¿Cómo explicar que una autopista llena de coches a 200 Km./h recorre mi abdomen y me sube hasta el pecho? Pensar es la lápida de la experiencia una vez vivida. Expresar, ser una antena, una estación de radio, una enfermedad radioactiva. Cargarse de magnetismo, electricidad y algunas dosis de uranio enriquecido.

Lo que veo por encima de las cabezas es un juego de sombras chinescas donde el equilibrio de lo-que-no-se-dice se sostiene cada vez por más alfileres, más inestables, para que siga el juego. Sólo hay que hacer de tu turno un misterio que trunque la eterna pregunta del jugador. Estar más alto, apostar en la bóveda, elevarse con cada duda, reinventarse haciendo de las críticas nuevos pétalos para la coraza. Es tan fácil, que cada victoria da vértigo porque nadie ve la clara vulnerabilidad que subyace en su propia disposición. ¿Cómo no se ve? o, mejor dicho, ¿cómo no se sintoniza con este canal que chirría delante de los ojos? Altura, abismo, desequilibrio, ¿ceguera? ¿sordera? ¿Cómo se vive con unos ojos y oídos impecables sin ver ni oír nada? Esa es la pregunta. Ahí reside el dolor, el enigma, la clave, la respuesta.

Jugar, engañar. Y la mentira se hace dueña hasta de sus creadores. Cuánta pretensión de crueldad y cuánta candidez desmentida y anónima. Pare una mentira, deja que crezca, suéltala por el mundo para que camine sola y un buen día te haga sombra. Todo vale menos la observación pasiva de los segunderos con su corazón de línea. Porque el corazón es curvo como un retorno eterno al remolino de su propia concordancia.

Me hago poema.

Como conjuro,
adivinanza,
canción de guardería
y cucú de pensamiento contra el tiempo...

... me hago poema,
y guardo mi luz en la armonía
de las manos contrapuestas
que se toman y se entonan.

El telón de las palabras
vive entre los párpados cerrados,
sobre unos ojos bien abiertos;
tan abiertos,
que sueño con mirada de llanura,
cortina de lino,
y un pecho que derrama su vacío
hasta invadirlo todo.

Me hago poema en la linde del segundero,
en la aspiración detenida de una asfixia caduca,
en una mirada de instante,
en el vacilar de la duda ante el espejo
y en el balanceo del alma
en el deseo.

Pero este poema eterno
no tiene título,
sino un susurro que sesea,
como la inercia de las estrellas,
la materia de que está hecho...

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Canción monedista contra el fetichismo del trabajo




No queremos más trabajo ni queremos más contiendas
Nuestras energías serán para liberar la Tierra
No queremos más banqueros ni queremos más recetas
Nuestras fuerzas ya reparten lo mejor de la riqueza

No queremos más gobiernos ni queremos más banderas
Nuestras voces ya se oyen en las aulas y en las mesas
No queremos más cobardes ni queremos más chuletas
Nuestras manos se acarician y nuestros labios se besan.

No queremos más racistas ni capitalistas ni Hacienda
No queremos al Estado ni al gobierno ni al Ejército
No queremos los acuerdos de Defensa ni más guerras
Nuestras armas serán siempre las letras de los poemas.

Pero si la revolución llega no será de mentirijillas
La revolución quemará el cielo y sonará monedista.

lunes, 19 de octubre de 2009

Fado Monedista

Meu viño e as butacas
os ventos bondadosos
as cárceres de frores
os mares xeoeróticos
a voz do trovador no seu repouso

Chamaste coma sangue
andando polos mares
baixaste nun instante
xuntaste o pranto tan distante
mais eras ido

cicais no son do meu xemido
afogues os espelhos dun ferido
roubando mentres olhos xa perdidos
roubando mentres olhos perseguidos

Irei polas estrelas
e partirei casando
e ficarei na terra
topándome con fontes e fronteiras
amado con amada sem fogueiras

Nos amores pasamos
cos amigos cantamos
as monedas botamos
os versos dos poemas estrofamos.

Nos amores pasamos
cos amigos cantamos
as monedas botamos
os versos dos poemas estrofamos, etc.

jueves, 15 de octubre de 2009

Prenda encogida

Oh, sol, no te conozco, no debería conocerte.

El dolor se estira y se contrae y el movimiento es marrón,
marrón oscuro cuando acuchilla con los ojos cerrados.

Yo:
balsa que se desliza en las mareas de esta cabeza,
doy vueltas y vueltas porque pienso como una lavadora.

Oh, sol, no te conozco, no debería conocerte,
aunque sólo cuando secas mis palabras
se las pone de gala la gente.

Centrifugo. Pienso. Revoluciono el eje para que todo gire. Inundo. Enjabono.

Pero me duermo con el ruido molinete,
floto sobre aceites quemados,
no veo cortinas de seda en ningún sitio.

El sol se tañe en los timbales de mi sien,
se dilata en esta prisión de lavadora.

Y es tan pequeña esta cárcel,
que se me encogen los ojos de pensarla tan caliente.

Oh, sol, no te conozco,
no debería conocerte,
al menos;

desde luego,
no en este plano sin sombra,

... con estos ojos tan pequeños.

...
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miércoles, 14 de octubre de 2009

Será eso

Antes que lloviera ya me había olvidado de ti
Después llegó el invierno era lógico por los tejados
A la puerta de mi ventana como los gatos
Ya no me acordaba de tus azoteas ni de cuando decías
Tócame una copla de esas de tu país yo bailaba te acuerdas?

Yo balanceaba el aire con las manos y te regalé mi balcón
Me arropaste el aliento con el verde de tus mantas y después
De los suspiros y de las postales y de las fiestas flamencas
Se me fue el recuerdo por el ala de mi ventana como si volara
El invierno más lógico ya no me acuerdo de la mitad

Ay que después me monté en mi tejado a ver cómo llegaban
Los trenes que te llevaban y te traían llena de regalos
Y en uno se me fueron los ojos y no te vi más
Yo pensaba en una copla de esas de mi país que no entendías
Y en que me quedaban menos sueños para soñar

Ya da igual si me quedé dormido o qué sentido tiene
Cerrar la ventana porque hace frío es lógico es el invierno
Si me regalaron música en extranjero y perdí el timbre
Si el compás se me va y se me viene solo eso da igual
Si me contengo cuando respiro bajito para no suspirar

Qué poquito sentido le queda primita a las cuatro cosas
Que se nos quedaron por pintar en la puerta de los bares
Qué poquito le queda en lo bonito de entonces chiquilla

Ahora que no te acuerdas dame una guitarra voy a cantarte
Una copla de esas que no entendías en la cocina y el aire
El aire qué frío está el aire Invierno le dicen será eso

Será eso.

Mieshdukulturalnyi mostra über vacío (o Heart-beating fandango)

I like it vertedering,
I love it que flautiertes,
I adore a macarrón while hormigoneering,
I like it swearing gegenfandangos as serrín-duendes,
I like it goat-cantando,
I love it to’al carajo;

‘cos ant feeling a cada paso
ain’t no cucaracha soul…

Ich bim auch grapadora,
Ich bim auch plastienfisema,
Ich fülle mich auch einen cazuela
als eines selfish-papelera.

Papelera in the heart,
heart-beating hormigonera,
heart-beating silencio,
meshdunarodnyi mierda over surprised clamor.

Heart,
tachuela,
heart beating,
office-cleaning
from nodriza bien están.

And the land…

… the land…

… of the heart-beating fandango…

¿=?




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martes, 6 de octubre de 2009

O mar das ideas


Mariñeiro dos poemas do silencio
Non chegóume aínda a hora de calar
E se non me lembro dos poemas galegos de Lorca
En galego tereinos que improvisar

En Sevilla farás o que poidas
en Suiza traballarás pra comer pan
en Galicia aprenderás o teu idioma
e no mundo aprenderás a amar

E se ti queres, falaremos coma tolos
das lembranzas ou do presente ou do mar
eu non quero que che pareza que é unha cantiga
pra cantigas xa temos as do Martín Codax.

La cara y la cruz del alarido

El misterio tiene dos reversos,
el del secreto,
y el de la nada.

Como las palabras
que rodean rotundas
su propia cobardía
sin mostrar su materia:

indecisiones disfrazadas de fuego,
un anuncio que se dilata en el tiempo,
una garantía que no se cumple,
expectativas publicitadas
que saben a fraude.


¿Dónde están los versos,
dónde la sustancia,
dónde la final demostración
que supere el auto-spot
y el presunto secreto?

Mientras provoco y espero,
ilusionado,
mi expulsión,
suenan ecos de fraude
en los silencios que se cargan de palabras,
por no saber decir nada.

El misterio,
que especula con la mentira
y la trampa pícara del auto-stop
del verbo...

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miércoles, 30 de septiembre de 2009

Estulto-mecánica

Cuando el brillo de rocío de una hoja
deslumbra una mirada distraída,
es el agua,
y no la hoja.

Cuando la playa se llena de un viento de arena
se llenan de pena los juegos de los niños,
pero es la arena,
y no el viento.

Y cuando el sabio acomete tonterías
se recuerda que sólo fue un necio,
pero es el vértice,

... es todo el trapecio.


Y no el necio...


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martes, 29 de septiembre de 2009

Vivien Nocilla House




Cantaste en el ardor de tantos años
con voz de canción country y de ranchera
una letra de amor: que yo te quiera
no cambiará que aceptes mis engaños.

Y yo pastor hambriento de rebaños
sellaba con aceite de primera
los tímpanos y te daba mi cartera
con tal de minimizar así los daños.

Te quedaste sin voz y me quede sin pasta
Y así nos fuimos apagando lentamente
como una colección de barbitúricos.

Que Agustín Fernández Mallo venga y diga: "¡basta,
basta!, me quedo con la idea y te doy veinte
billetes de los grandes por los músicos".

viernes, 25 de septiembre de 2009

Poder-Pandora

Es posible que, si yo pudiera,
fuera el mayor tirano de la historia.

Es posible que internara en campos
a toda la población;
sólo quizás.

Los pondría a hacer aerobic con mis poemas
magnetofonizados,
frente al pelotón;
les daría vida sana de cárcel
y dietas equilibradas de pan y agua.

Bombardearía las manifestaciones
de apoyo a mi régimen totalitario,
y adornaría con lanzallamas las de la
oposición democrática.

No debe gobernar quien ansía el final,
pero...

... qué bonito meter a picapedreros a los futbolistas,
ser proxeneta honorífico de los obispos,
penalizar el sentir cofrade,
electrificar las prendas de las tiendas,
minar las carreteras,
cerrar las fábricas con fuegos artificiales,
aplicar despidos improcedentes
a los empresarios...

Diooos,
metería en campos de concentración
a provincias enteras,
a regiones qtr-separatistas,
a comunidades patriotas,
a las visitas turísticas en grupo,
a los asistentes a cursos de formación
y a los formadores deformadores de formadores,
a la prensa deportiva y del corazón,
a la industria del entretenimiento,
a TODOS los poetas,
a los que se manifiestan y a los que no.

No quedaría vivo ni Dios...

No.

El monstruo que vive dentro de cada uno
tiene nombre y apellidos,
y yo veo un poco más allá
de la ambición animal y básica
de la que ningún ciego de-mente
es capaz de desprenderse...

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domingo, 20 de septiembre de 2009

Misiva al Konsomol

Qué bonito.

Agro-Bretón y sus secuaces.

Y una expulsión,
dos,
un proceso,
ya,
la ceremonia,
y los accesos febriles de tos fingida.

Bonita es mi ansia de ritos de expulsión,
y bonita es la frente que se eleva
sobre tu asco-Jesus.

Mas líbranos del mal,

Amen.

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Moneda-race-surface

Las monedas indecisas bailan de canto,
hacen carreras,
y a veces,
rebotando entre adoquines,
saltan chispas.

Pero el césped,
con sus raíces hincadas
en la tierra,
todo parece someter
a la lentitud
de su pensamiento
anclante de parcela...


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Ráfaga de otoño

Pasa el plástico
haciendo surf sobre las hojas
que el viento inflama
con sueños
de pájaro...

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sábado, 19 de septiembre de 2009

Intro-especie

Una palabra,
una cruz;

un mutis,
un grito;

una mirada,
un renuncio;

una idea,
una mueca;

un respiro,
una multa;

una trampa,
una fosa;

una mancha;
una intriga;

un sueño,
una sentencia...

Pero,
sobre todas las cosas,

el verbo,
la altura,
y el eco sucio
del fondo de la sima...

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viernes, 11 de septiembre de 2009

La palidez de la enfermedad de un fauno



La jungla está enferma no respira
rejillas de recuerdos en la sombra
el fauno está enfermo no se mira
enfermo del aire que no respira

La luz de sus ojos está apagada
los gases de las fábricas y la sequía
han matado el agua el aire y la vida
y no hay luz en la jungla encerrada

la jungla sin vida asesinada grita
la vida duele en la mirada marchita
no salen lágrimas de sus mejillas
el fauno enfermo ni llora ni respira

jueves, 10 de septiembre de 2009

Rifondazióne Monedista


"Cuando el enemigo avanza, retrocedemos; cuando acampa, lo hostigamos; cuando se fatiga, lo atacamos; cuando se retira, lo perseguimos." (5 de enero de 1930).

Mao Tse-tung

El Monedismo no puede estar en crisis, porque la crisis es un momento de decisión que contrasta con la parálisis, y el Monedismo nunca es paralítico. Si hay que tomar decisiones drásticas, se toman inmediatamente y sin consultar. En su proceso incial, el Monedismo ha llegado a sumar cinco miembros. Sin valorar personalmente las amistades, es de rigor revolucionario reconocer que dos de sus miembros, arthur stone y Oliver Castaño Mallorca, no participaron durante demasiado tiempo en el Monedismo ni de hecho en sus respectivos blogs, de forma tal que decido su exclusión del Monedismo. El Monedismo no es un cementerio de amigos y de colaboradores esporádicos. Toda intervención por su parte era válida, salvo la pasividad. Naturalmente, el Monedismo está abierto a su reinclusión inmediata en cuanto ellos mismos o cualquier otra persona lo solicite, para ellos o para sí misma.

Es necesario ahora analizar el espíritu participativo de los tres Monedistas que continúan, con un juicio certero y radical.

Es evidente que he usado la mismísima plataforma Monedista con intereses parcialmente espúreos, anunciando aquí mis elementos compartidos de google reader. Es cierto que era una opción abierta a los demás, pero al no ser seguida, debí eliminar antes el elemento. Acabo de proceder a ello. Por la misma razón, he suprimido los tres enlaces restantes a los blogs respectivos de los tres poetas Monedistas, como castigo necesario a la soberbia implícita de mantener una actividad ligada al Monedismo pero sin que aluda explícitamente al Monedismo. O un post, blog, comentario, es Monedista o no lo es.

Paso por lo tanto a discutir y juzgar la publicación de Quacking-pingüino. Todos sabemos que suele ser la misma que la de su blog, y todos sabemos que en cuanto lo publica en la plataforma Monedista automáticamente enriquece el Monedismo. Ha sido con diferencia el poeta más generoso, esforzado y constante de los tres. Por lo tanto su actuación queda inmune a cualquier crítica estética. Pero es evidente que si él mismo ha reaccionado ante un ataque que no le iba dirigido con nerviosismo, es que la crítica de escribir por aburrimiento formulada por Búfalo y dirigida a un imbécil causó una duda culpable en la voluntad revolucionaria de Quacking-pingüino. Y, de hecho, sus dos últimos poemas sufren de un legítimo infantilismo ligado al desasosiego no curado. Es un problema que solamente puede resolver Quacking-pingüino multiplicando su carácter libertador y apelando a sus recursos más innovadores y creativos que tan bien ha dominado en ocasiones cruciales para el Monedismo, como bien sabemos todos de sobra.

Búfalo ha conseguido desde su blog el efecto más revolucionario, el escándalo con el odio, demostrando que el Monedismo no solo vive de amor, sino de sed de justicia infinita. Sin embargo, nadie puede desconocer el hecho de que de no ser por su reciente intervención directa en la plataforma Monedista, la sanción que ha pesado sobre los ex-camaradas expulsados arthur stone y Oliver Castaño Mallorca le hubiera sido aplicada con el mismo rigor revolucionario. A su favor está no haber recurrido nunca, ni siquiera en este momento de refundación, a una línea de defensa que argumentara su condición de expatriado en tierras teutonas para injustificar su inacción parcial dentro de la plataforma Monedista. El Monedismo no puede aspirar a ser internacionalista si se admite como falsa excusa una distancia física de siglos oscuros que el Monedismo supera implícita y explícitamente.

Salve.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Tú (y yo)

Hay quien nace de carne,
y hay quien nace de cartón.

Y mientras de la carne brotan manos
que pintan el mundo para los primeros ojos,
del cartón sale cartón, mojado y emborronado,
como un barro infectado de piojos.

Y sus palabras de cartón dibujan reflejos de un espíritu de cartón.

(cosas de un rey- de cartón)

A veces, tú,
con tu rabia de cartón,
escupes miserias de serrín,
acusaciones en marrón con nombres de pila y oro.

Como si entre líneas buscaras el secreto,
o la formula que anhela tu mente
como una aceitosa libreta de cocina,
emborronada de recetas hirientes.

No, yo me limito a ser yo,
ese yo que se interna en las corrientes
de las que tú no formas parte,
por mucho que grites, insultes y revientes…




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martes, 8 de septiembre de 2009

Error ab-nauseam

Cuando la montaña de estiercol se creyó volcán,
rabiaba por no ver brillar sus salpicones escupidos
con la vocación de un animal...

Demasiado consentido por...

... demasiado consentido en general.

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jueves, 3 de septiembre de 2009

La tríada que hierve

Hay un hormigueo que ronronea
en el silencio más profundo del oído,
o en el vibrante juego de fricción
de la piel consigo misma;

en la vista que enciende los espacios
o en el sonido inflamado por las llamas
prendidas del arpegio.

Pero, ¿qué arpegio?

El de las tres notas-madre
que rebullen en la sangre,
separadas de la mano,
como fuego, sed y hambre...

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Stand-by time

El sol- qué huida de mis sombras
con dibujos de denteras arañadas;

la noche- qué aire de sierra como
imposibles segundos indistintos.

¿Calor?
Respirar espigas de aristas cabelleras.

¿Temblor?
Temen los labios los besos inminentes
borrachos de primavera.

Entonces...

... cuando se desgastó la máquina de chispas,
cuando el sueño cegador se hizo
una tenue anunciación de lo previsto...

¿Dónde quedó el instante,
perdido en el horizonte de mi espalda?

Rezagado en la vanguardia,
espero en la pradera a que me alcance,
de nuevo,
su lazo lento de jinete y de guadaña...

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miércoles, 2 de septiembre de 2009

+1 de algodón

2 + 2 susurro,
3 + 4 aspiro,
5 + 6,
caminan sobre el río;
8 en el margen desigual de las granadas...

Me preguntas (2 + 4 - silencio),
y yo te respondo 8 + 2 en el revuelo;
y 10 + 30 deambulan por las calles
su grillo de risa de-madrugada.

Ajetreo dicen las alas del insecto,
como un aleteo +1,
y yo vuelo del viento + 7
de los humos restados al desierto.

Repliego (100 + 1 - mi seseo),
como una gárgola de lino,
síes de 7 + 15 entre los dedos...

Y bailo una bandera por el equilibrio táctil de las yemas:

¡Cómo soplan su dibujo de dunas - 30
los saludos al viento del pañuelo...!

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martes, 1 de septiembre de 2009

El Monedismo es arqueología de la zambra

Alabado sea Allah el Monedista,

Un lector anónimo del blog nos ha avisado de que debajo del bar de la Moneda, de donde orgullosamente proviene el nombre de nuestro movimiento poético, se ubicaba en época almorávide y almohade la Puerta del Alcohol (Bâb al-Kuhl), lugar por lo tanto de encuentro a los pies de una torre, donde además de música, poesía, y amistad, circulaban los mejores caldos provenientes de Persia, Cádiz y Génova para narcotizar las zambras no menos alocadas y geniales que las portagonizadas por los monedistas de la corriente histórica-militante (nosotros).

¡Qué grande es el pasado monedista!


Imagen: restos de la torre islámica de época almorávide, construida en 1134 probablemente por el juez Ibn al-Arabi, en el lugar donde pedíamos vino y cervezas.




viernes, 28 de agosto de 2009

Corte zurdo


Corte zurdo

Novela frustrada y por ende abreviada de autoficción

Juan Asís

Para Búfalo
Para los monedistas
Para Eva, mi compañera

Digo tu nombre leo a Isou busco lo puro me llamo Juan, como la pera que cojo de la mesa bebo del agua fría que tengo en la nevera me escapo a una cafetería y mi destino está en el calor del trigo antes de regresar a casa venderé una manzana al pastor que dé conmigo en los campos de Afrodita y si es falso que dimita escribo el rumor de la revolución escribo el fulgor del guión americano escribo en la memoria la gesta de un rebaño me baño en el mar me tiro en bañador y resbalo entre las rocas me defiendo de las algas, -“e morte submarina, desolación das augas, / toneladas de salitre contra terra;” (Unicornio en litoral, en Estúrgida materia, de Luís González Tosar)-, escribo los mitos de Shakespeare soy y saludo al pasado letrista de los poetas monedistas también saludo al amigo que se quedó conmigo cuando escribí el soneto de los sueños rotos. Leo el silencio de Averroes en la estrella de la filosofía y leo el silencio de Maimónides en Alejandría, “porque silencio es dogma de su raza y aprendió duramente que la verdad se puede desdecir como un falso testigo”, según advierte Mercedes Castro en El retrato quebrado. Fumo un joint, duermo, escucho un disco, me ducho y me arreglo antes de salir a ver a mi compañera y antes de cerrar la puerta de casa y de la calle hacia el jardín inglés ando con los falsos habitantes de Dogville en una pista de teatro de la que soy el principal producto, uso una máscara y soy la persona que no necesita por ahora ningún soplo de máquina en la espalda necesito solamente unos vasos de zumo. Escucho guitarras en la radio levanto las manos cuando comienza a amanecer, -literalmente es un despertar como el de Debussy ya saben el fauno y la pierna de Rimbaud no la mala la del fauno no la que lo mató-, en el fondo de mi mente conectada virtualmente con al menos tantos estímulos artísticos como sentimentales: el endecasílabo y la estrofa, revolución, folclore, romanceros, trovadores, filósofos, senadoras, mineros y campesinos comunas y verbenas coros y flamencos fuentes y recitales patios y compasiones de la arrogancia interclasista. Voy a buscar los libros que tiro leyéndolos en voz alta: la primera parte de Guzmán de Alfarache, obra didáctica compuesta por Mateo Alemán, criado de Felipe III, y en edición muy antigua, solista perseguidor o Miles Davis casi, que divaga pensando en la corte española y su lujo de hidalguías. Me como un caramelo, me repeino, voy en metro. Me acerco a la vieja poesía me alejo del orientalismo americano y europeo, -“Prefiero el atardecer: soy occidental” (Renunciaciones, de Ángel Crespo)-, y de la fábula del monstruo en su laberinto me alejo del silencio de los modernos me acerco al genio de los clásicos voy tirando lo que leo me acerco al tomo tercero de la vida de Gargantúa y Pantagruel seguido de los songes drolatiques de Pantagruel, en un variorum francés de Rabelais, de donde arranco la imagen cursi del principio que representa a un caballero gigante y meditativo ensimismado con un viento travieso con las estrellas de verano y con los largos besos, pienso en las comidas y las sobremesas copiosas como suelen vivirse en España ¡Viva la Guardia Civil! Nieto y biznieto de beneméritos ¡Viva la Guardia Civil! Vaya semana trágica ¡Viva la Guardia Civil! Llegó el invierno me canso de beber agua de la nevera voy a comprar naranjas ya todo el mundo lo hace en línea -línea de amor, amor en línea- las compras sin intermediarios como cuando contratan un alquiler de piso sin intermediarios, al final no te merece la pena turista en Marruecos sin guía no te merece la pena viajar en avión carísimo a estadosunidosdeamerica sin visado además no puedes no te dejan ni Obama ni puñetas no te merece la pena el olvido compasivo de los trabajadores hasta las doce que aguantan como pueden la dura jornada continental y el sacrificio de los sentimientos en la cola de los clientes del supermercado y el milagro de una voz mágica bajando locamente por las escaleras del instituto no te merece la pena lamentar mucho más que no fueras a la escuela de arte dramático ni a la escuela diplomática ni estudiaras informática ni te apuntaras a un sindicato no te merece la pena ganar el cielo trabajando en la radio de los obispos no te merece la pena frenar el destino huyendo a casa de un amigo no te merece la pena ceder ante la presión psicológica de los camaradas de borrachera no te merece la pena amueblar un piso que no tiene balcón ni azotea no te merece la pena fingir estar controlando esta y tantas crisis familiares no te merece la pena no te merece la pena voy por la calle fingiendo estar paseándome no me merece la pena quiero decir me merece la pena ir andando no simular estar de paseo tengo casa aunque no lo parezca porque sabes ya lo sabes ni me paro a comer en ella

Y paro de concentrarme en los detalles de la batería, no me fijo en la conversación ni en los instantes más raros de cada combinación posible entre reciclaje y conexión permanente. Sin reglas estoy tan entusiasmado soy uno más en esta gran explosión de robos sin pistola. Evito prometer civilización porque con la guerra de Iraq se ha quemado hasta el cielo protector. No suelo vivir en Tánger en verano, ni en las otras estaciones, pero allí tengo casa en un hotel. Camino por el paseo y las novelas policiacas confirman lo que veo que esto es un coladero, de todas formas la seguridad alimentaria está bajo mínimos y la política europea no va en absoluto por el buen camino ya lo hemos discutido las subvenciones al campo que se quedan en el barrio-de-los-ricos las subvenciones que distorsionan el mercado -¡”¿Pero tú crees en el Mercado?”!- como si hablara de Dios de Zeus de su lluvia y de la marea neoliberal que azota el corazón de España y las sobremesas con cigarrillo no autorizado, al aire libre será mentira será cierto hemos llegado al esperpento. Lo dijeron los profetas yo no creo en el fin del mundo mira el mundo es eterno, ya verás, y no me creo la teoría de la conspiración que agita constantemente la derecha porque para eso soy de izquierdas el único país europeo donde antes era el único dios verdadero el sueño de la unión produce fronteras con lo que pasa en Algeciras yo no me entremeto ¡Viva la Guardia Civil! Si además aunque controlen dejan pasar el hachís de Ketama y mejor así si a nadie le molesta, pero ya quieren prohibir hasta el tabaco en los bares querrán después prohibir que fumes en la calle al aire libre sin hablar de libertad ni hacer apología del cáncer y de los hospitales para no dar a los niños mal ejemplo seremos como buenos ejemplos siempre para fuera y esotéricos apocalipsis acomplejados en cuanto estemos dentro de casa Mi casa mi teléfono será en parte culpa de querer salud y dinero tanto años cuando llega Mozart y Durero y la Nochevieja y decimos todas y todos feliz año nuevo (“El mundo tiene a veces sabor de Noche Vieja”, se atrevió a escribir Luis García Montero).

Tampoco voy de turista desde que ya ni viajo en tren ni voy a comprar fantasías en el extranjero. Tengo una sabiduría cósmica que aprendí en un reportaje sobre Bagdad: cien veces un dolor es una serie de televisión. Evito hablar de libertad para descubrir a tiempo una posibilidad de auténtica rebeldía en los movimientos rítmicos de nuestras existencias diminutas de comerciantes hormigas programadas para envejecer ante un templo ajeno hecho de esfuerzo capitalista y de explotación y de frustración y de falta de ferocidad y de falta de violencia y de falta de tragedia y de falta de convencimiento y de falta de envidia y de una enorme frustración acelerada. El saludo a todos los poetas de Shiraz que entonan una estrofa para apaciguar a los pájaros… a las aves como hablaba Salomón a los pájaros como el niño Jesús como en la película de pajaritos y pajarracos de Pasolini que cuenta en clave irónica la historia de Francisco de Asís, -“tener alas ligeras, bajo el cielo volar” (Rubén Darío)-, así sin menos medios que los buenos modales y la sed de gracia infinita en los verbos con rima adueñándose de las paredes y de las miradas de los tamborcillos y de las ventanas de las máquinas y de las mentiras de las fechas de nacimiento y de los papeles de identidad de los crímenes y de los juicios… no tengo miedo pero tres días sin dinero no van a pasar en vano, como las brigadas al hacer su trabajo en el frente de la Guerra Civil, matando con sus ideas como se defiende al pueblo y como se combate al clero, nadie en las oficinas no quedan ni los periódicos, nadie en las calles las motos están sin gasolina nadie en el cielo no quedan globos verdes nadie en las tiendas los autobuses no circulan la gente no espera que lleguen hoy nadie en las comisarías de la cacería de estudiantes…

y a los pasdarán enrabiados. No hay enfermo como el fin de siglo de zarzuela en un crucero en primavera de la moda en el golfo pérsico con escala en las islas artificiales de Dubai. Ni botella de naufragio que no lleve a cuestas un cementerio de almendras y cerezos. No te veo. Lo siento las sirenas no son un recuerdo un volcán no es siempre una alegoría y el retorno al pasado en este siglo es un infierno para las próximas generaciones, porque venimos del horror aunque suene a tópico tremendista españolista. “Françoise qui l’observait”, escribe en Le rideau noir Jean Vuilleumier, publicado en los noventa. Más adelante, p. 74: “Il se jugeait indigne d’une telle générosité”. La prosa francófona de la Romandía es muy lúcida, se asocia bien con el paisaje blanco. Aprecio esta frase de Roger-Louis Junod en Une ombre éblouissante: “La maison, qui date du début du siècle, on la croirait immeuble locatif”, ¡cúanta belleza en la torpeza del giro del impersonal! Y un toque banal en la información casi absurda para cualquiera como yo que siempre vivirá de alquiler o como mucho en una pensión y en el mejor de los casos en una casa rural. Grito ¡Viva Zapata! Y me encierro una vez más en la revolución protocultural del neosituacionismo transgresor y hermético. El tren del vapor místico como un Moisés perdido en el desierto de las salidas al ADN del ser. Quiero opio de Kandahar desde hace años pero solo circula heroína una droga que ni me gusta ni me atrae ni me incita a consumirla y me recuerda a las mujeres con burka. Estupideces de la farmacopea de mercado y del tráfico en las antiguas rutas de la seda y ojalá tuviera un pijama de seda. Yo compro un traje de vez en cuando para que parezca que también pude ser un dandy si lo hubiera conseguido aunque no viviera en Londres ni en Nueva York ni en París un dandy de provincias. Escribo una novela cada dos años para llegar a escribir una novela antes de aburrirme y olvidarme que fui el mejor poeta de mi generación. Escribo como otras personas van a trabajar, como otras personas se ponen a hablar de fútbol y de la filosofía del fútbol porque en el fútbol hay constantemente y pertinentemente filosofía de por medio en los entrenamientos y en las tácticas y en los fichajes y hasta en las victorias, para no tener que trabajar ni hablar de fútbol ni de las derrotas de la filosofía prefiero hablar de poesía de arrogancia y de violencia de fama y de honra de perfección y de bajezas. No siento nada por el deporte desde hace años y no creo que sea bueno correr cuando tus aviones están lanzando bombas en Afganistán quemando el opio de Kandahar o defendiendo posiciones estratégicas y administrativas en el Chad, un pozo de la globalización que no tiene su sitio en las fiestas alcohólicas de la democracia representativa. No creo que el cuento de la guerra preventiva sobreviva a una prueba del algodón, pero no creo que se pueda comprar algodón sin cuento egipcio con huelga y con periodistas torturados en el dorso de la etiqueta. Derrito un trozo de hielo en el vaso de rón, medito sobre los ritmos de Le Corbusier y me horrorizo a mí mismo soñando con un piso y un coche de gasolina, sueño apesadumbrado, “porque es de noche entre silencio y uñas / y quedo desalmado como un reloj lento” (Mario Benedetti). No quiero que las fábricas se coman el almuerzo de las masas obreras sin vacaciones ni pagadas ni en fiestas y tampoco quiero ver desaparecer lo poco que queda de ilusión en el progreso de los seres humanos aunque evidentemente suene utópico y suene como el Yes we can but we can not. Grito ¡Viva Honduras! Y la verdad es que la democracia ya no es lo que era. Trato de rimar utopía con justicia y me sale romería como cuando trato de rimar cigarrillo con brío y me sale castillo. Picasso en su mansión peleándose contra Cronos como un dios del surrealismo, Picasso, -“cómo no haber amado sus grandes ojos fijos” (Pablo Neruda)-, en embriones de mamuts en las cuevas prehistóricas, estar a dos en un cuadro y besar el dolor con un pincel y un tubo de pintura. Cazador de Picassos en los despachos de Nueva York, nómada en los altos despachos de abogados dispuestos a defender a una familia saudí en sus intereses familiares capitalistas contra un fondo de inversiones en quiebra; siguiendo también la pista de cuadros de Picasso robados, como Una mujer desnuda que desapareció en Kuwait en 1991 y que los marines, me informan mis contactos, acaban de recuperar en una pequeña población de la provincia iraquí de Hila, en manos de contrabandistas de armas, un grupo paramilitar con lazos con el ejército nacional del gobierno de Al-Maliki apoyado por Irán; y por supuesto vigilando los robos espectaculares en Zurich y Estocolmo. La fama no me impresiona para eso averiguo a tientas si las telas son amnésicas. Teoría de conjuntos pictóricos o gramática de cuerdas, me da lo mismo que la renta per cápita se multiplique o se divida en cuatro. El quinto elemento siempre será el proletariado revolucionario. Ser un ser excepcional en parejas, estar a dos en los valles verdes de bosques y en las ínsulas y hasta en la noche oscura, porque somos muchos muy bien formados y jóvenes hasta cierto punto y más intrépidos que los capitanes de la OTAN cuando están de vacaciones con la familia. Me gustan las butacas de los cines y teatros aunque sean de salas diminutas en las que tienes tus rodillas en la nuca de la persona delante de ti. Compito con el director de orquesta en mi cabeza y me conmuevo con los actores en el recitado de los alejandrinos franceses y mi sudor me empapa en la butaca caliente hasta que ya parece que estoy asándome aplaudo al final y voy a beber una cerveza o una copa de vino o incluso un licor con o sin refresco o champán francés muy de vez en cuando, cuando es Moët Chandon. Me encantan las flores en el teatro en los cafés en las tiendas me encanta el uso urbano y socialmente distinguido de las flores decorativas y sin utilidad solamente ser espléndidas en un jarrón en la mesa o la ventana. Entiendo mejor la poesía cuando son versos con música, como este de Jorge Guillén: “Parlanchín, siempre inquieto, memorioso”, de su poema Un desconocido, o como estos dos tan contemporáneos y tan efervescentes de Arturo Serrano-Plaja: “ya jadeando por falta de futuro en los pulmones”, “aquel dolor antiguo que vuelve al hilo negro”, de su poema auto-elegíaco escrito en agosto de 1970 en California La goma de borrar, es evidente que la antología de estos poetas españoles en Estados Unidos es una gran antología, mejor incluso si me apuras que la de los novísimos de Castellet, que solo tiene la poética de Montalbán, el poema de Venecia (aunque sea casi cursi) de Gimferrer y salvo incluso el de Ginebra, y un poema de Ana María Moix en el que junta al Ché Guevara con un fantasma pop y un poema lírico de Leopoldo María Panero antes de la película El Desencanto. Por qué diablos siempre acabo hablando del desencanto de Panero, será para hacerme como Panero, a ver si hablando del jefe Sioux me hacen miembro de la tribu. Como pedir un helado sin tener dinero para pagarlo y no atreverse a comenzar a chuparlo. Por qué hablaré de chuparlo después de hablar de Panero. Necesito rápido un atajo, -“camino que se emprende a corazón rodante”, dice Luis Jiménez Martos-, para salir de esta encerrona posfranquista antes de que suspire “y quizá la escarcha de la primavera / llegue a penetrar en el tejido del alma”, como dice Rosa María Echeverría (Duelo entre la adversidad y la fortuna, en Arquíloco o nuestra propia voz). Cargar las tintas e insultar a Pemán, el franquista. La literatura es una guarrada en la que se hacen las bajezas de la arrogancia para descargar violencia frustrada, una reflexión aproximativa que parafrasea el adagio “la littérature est une cochonnerie” de Antonin Artaud que Leopoldo María está citando siempre como una medalla de atletismo cuando sabe que la cosa va de gloria póstuma y de souvenirs horteras de adolescente, que va de Panero poetastro, en un libro o en cuarenta, pero lo cita mal, porque no comprueba una cita desde hace más de treinta o cincuenta años, y lo cita siempre mal, con un toque popular de francés mal hablado que él cree en su manicomio que es de lo más guay, hablar francés de esa forma: “la littérature c’est une cochonnerie”, dice Panero, -“E adesso che le leggo, che ho trovato il coraggio” (Giovanni Raboni, A tanto caro sangue)-. La releche, no me habré metido con los bolsillos vacíos en un antro peligroso y esto tiene aún que ser el principio porque como todos los fantasmas en su laberinto, el muy poeta volverá gritando. El terrorismo es una más de las muchas cosas que nos une en unicidad macabra perpetuamente a un videojuegos no como en una película francesa de gángsteres o española de polis y cacos. La importancia del psicoanálisis para la militarización de la literatura jodida de las nuevas plumas promesas no se esconde en ninguna promoción de becas de ningún banco o gobierno. Cazador de Picassos como otro se dedicaría a la fontanería, pero con más riesgos para el arte. Adelanto mis opciones de compra y especulo con el valor de la sorpresa para el abogado que de repente se encuentra con una oferta muy interensante por un cuadro que está más que amortizado en su sensibilidad visual, es más, que comienza ya a aburrirle. Es un cuadro de contenido ovidiano, como tantos de la época minotaúrica de Picasso, y me recuerda el fauno de una obra de Shakespeare, en A Midsummer Night’s Dream. Shakespeare es un valor seguro en el arte, uno con él siempre está seguro de contar con máquinas y deseos y buenos actores que conforman el orgullo más auténtico de lo que queda en el siglo XXI de los restos en quiebra de los estudios de Hollywood... y de la BBC, de la larga y gloriosa tradición inglesa del teatro. Nunca llego tarde a estas citas de agresividad compradora donde me juego una comisión brutal en caso de compra fehaciente de un Picasso en manos de un particular adinerado. Trabajo en secreto para el Ministerio de Cultura desde la época de César Antonio Molina, gracias a un enchufe espectacular que me ha llevado de una mediocre galería ginebrina con un fondo goloso de cuatro grabados de la serie Suite Vollard en la que me dedicaba a ofrecer cuadros del flamenco van Velden a parejas anglófilas de Jedda para decirles en árabe salam alaikum ﺍﻠﺴﻼﻢ ﻋﻠﻴﻜﻢ, y me daban ganas de avisarles de que lo único que merecía la pena en esa galería cutre eran los grabados eróticos de Picasso, que no les podía enseñar porque si no se podía montar un follón con la pareja saudí, aunque fuera moderna y anglófila. Eso pensaba el dueño, aunque yo sí les hubiera enseñado los grabados en vez de los paisajes flamencos de van Velden: “dejo en mi corazón el vino errante” (Pablo Neruda). Digo que el milagroso enchufe me ha sacado de la galería de la Vieille-Ville y aquí estoy en la Gran Manzana en un despacho de un abogado con un cuadro de Picasso que me está haciendo esperar porque aunque tenga cita desde hace más de un mes aún no sabe realmente quién soy en concreto ni qué voy a ofrecerle. Claro que sabe que estoy interesado en general en cuadros y obras de arte, pero no sabe evidentemente que soy un zombi en este mundo y que solo voy con una misión y que esta misión es un plan estratégico en el que están metidos los intereses más delicados del gobierno de Zapatero en su segunda legislatura, -“escuelas, pan, vino, guitarras y herramientas” (Pablo Neruda)-, la compra de la obra de Picasso dispersada por el mundo de la alta sociedad internacional y retomar con el cuadro del Guernica y lo aún encontrable de la pintura del exilio en Francia lo más significativo de la nueva economía española para el siglo XXI la excelencia turístico-museística que reemplace definitivamente a París como destino preferente de los amantes del arte abstracto y figurativo del siglo XX, los mejores turistas a nivel de retorno de inversiones. Cuando espero en una sala cómoda con música y con cuadros me pongo a hacer ejercicios espirituales. La secretaria me llama. Entro, saludo, discuto, comento mi interés, ofrezco, vuelvo a discutir, quedamos para comer y cerrar el pacto la misma tarde, comemos en un restaurante japonés muy bueno, vienen sus abogados, volvemos al despacho, tomamos un café, vienen los transportistas de mis socios, firmamos, se llevan el cuadro los transportistas, el despacho mantiene su mismo aire cómodo pero con el vacío ahora de la pared, tomo un último chupito de whisky con el abogado y me despido. Misión cumplida. Viaje road-movie (de lujo) hasta California. Destino Beverly Hills. No me gustan estas urbanizaciones concebidas para coches y perros y como mucho para los padres de familia y los jardineros profesionales. Llamo a la puerta de un palacete que imita una pequeña casa blanca color rosa y donde enseguida me invitan a la biblioteca, para discutir de precios delante de un magnífico cuadro de la época rosa, comprado hace setenta años por un amigo personal de Guggenheim que se hizo inmensamente rico con las películas de John Wayne y la guerra de Vietnam (“Rumor sobre rumor. Quebrantamiento”, dijo José Emilio Pacheco). El hijo, con quien estoy negociando en esta biblioteca más que anticuada, donde parece que Go Down, Moses de Faulkner es lo más moderno, se dedica al mismo negocio, ahora con Blackwater en Iraq, por lo que abrevio la discusión y voy aún más al grano. Con tal de quitarle el Picasso, estoy incluso dispuesto a pasarme en la oferta. Ante mi sorpresa, el heredero es el primero en fijar una cantidad, que me parece muy razonable, y concluímos la operación al cabo de tres días, porque los seguros de su parte no se fiaban del todo de los documentos que presenté en nombre de mis socios. Creo que en el fondo les daba rabia quedarse ellos sin el seguro de un cuadro que les había hecho ricos durante treinta años. Me voy pitando al aeropuerto, quiero estar en París cuanto antes, llego a Roissy, cojo un metro, bajo en el Boulevard Montparnasse, viviré un año de las rentas de dos operaciones tan buenas como existosas y satisfactorias en la rue Campagne-Première, que sale en la escena final de À bout de souffle, cuando Belmondo se arrastra con tres tiros de la policía pesándole en la barriga y en la cara, y que copiará Oliver Stone en Platoon en cámara lenta y mundialmente religiosa. Me encanta el metro en París, me voy a Père-Lachaise, me voy al Louvre, me voy a la Porte d’Orléans, me voy al Quartier Latin, me voy al Boulevard Saint-Michel, me voy a cualquier punto como si siguiera las instrucciones de los juegos en el metro de Cortázar en los relatos, pero yo no voy fijándome en dónde se paran desconocidas ni determinando mi parada conforme a las decisiones de desconocidas yo me voy guiando por los criterios propios de un amante de la ciudad iluminada, -“No es el infierno, es la calle. / No es la muerte, es la tienda de frutas” (Federico García Lorca)-, de las avenidas y del Sena y de los paseos cada vez más para turistas (“de paseos franceses y de farolas viejas”, escribió vanamente Luis García Montero). Me paseo por la mañana escucho pájaros veo las fachadas la luz en las ventanas el olor de las calles, -“la mágica sorpresa del aire en surtidores” (Jaime Siles)-, con tiendas de comida rápida regentadas por turcos donde se escuchan conciertos de fondo en la radio donde se compran kebabs un tanto salados y se pueden también comer allí mismo como hacía cuando vivía en Ginebra y me iba a los kebabs libaneses a escuchar Al-Jazeera mientras Israel bombardeaba en agosto de 2006 los barrios pobres del Sur de Beirut sobre todo para aterrorizar a la población chií seguidora de Hizbolá ﺤﺯﺐ ﷲ... aliados ahora de las tropas españolas en la misión hispano-italiana que proteje el alto el fuego. Me lavo las manos antes de comer una pizza y me tomo un vino turco excelente con la pizza, pido un café y después voy a tomar un licor de pera que los suizos llaman kirsch y que sirven en las mejores terrazas de París y de las grandes ciudades francesas, cuando no están dominadas irremediablemente por el pastís, pienso en Bourges, Souvigny, Brioude, Saint-Gilles de Gard, Castres, Toulouse, Sainte-Foy de Conques, pienso en Saint-Géraud de Aurillac: escalas placenteras de una inovidable ruta por el románico francés. No estoy en contra de la cerveza alemana comprada en supermercado, al contrario, pero hoy no ha llegado la ocasión, y es cierto que en París me apetece más bien tomar tintos. Me entran deseos de perderme por las calles paseándome sin rumbo fijo, ando un poco, y después desisto para ponerme a leer algo en un café, un periódico o uno de los libros que llevo encima ese día en la bolsa con la que siempre salgo a la calle como si fuera un estudiante de doctorado preparándose para ojear grandes bibliografías de autores dispares y poco o nunca estudiados. Ando de nuevo y el calor me entra en el cuerpo color de sorpresa y efecto del cielo se acerca el mediodía y la hora de ir a comer temprano como hacen los parisinos que comen a lo más tardar a la una nunca a las dos. Es de noche las dos de la mañana leo a Marx y me duermo leo a Debord sobre Marx y me duermo leo elogios a Debord sobre Marx y me duermo son las dos de la mañana un día intenso estoy muy muy muy cansado ceno, bebo agua, me doy un último paseo, son las cuatro de la mañana me duermo de verdad sin la teoría que supere la ideología y sin la conciencia ni la lucha. Duermo. Sueño con Debord la perfección de la idea justa de Debord señalando la vigencia de lo colectivo realmente asumido a partir de la lucha feroz contra la usurpación ideológica de lo colectivo por parte de los especialistas preocupados por sus intereses espúreos de clase dominante y por los mecanismos de perpetuación como clase representante y sustitutiva del proletariado, sueño con Debord reclamando la guerra contra el marxismo ideológico (“É duro sonhar e ser o sonho,” Tudo à minha volta de Manuel António Pina). Son las cinco de la mañana duermo y sueño con las partituras de Mahler adaptadas para piano y sufro en silencio despierto entonando los primeros compases de Das Lied von der Erde. Un amigo muerto aprece en mis sueños, qué sueño más maravilloso, me despido de él, me sonríe, está como siempre cuando me despedí de él y tenía unos auriculares puestos, después me levanto, me afeito, me ducho, desayuno fuera un café con croissant y zumo de naranja español, me río con el periódico, tengo amigos en París a los que aún no he llamado, prefiero encontrármelos cuando llegue la ocasión, no quiero que tengan la impresión de que estoy tirado y les llamo para ir a dormir a su casa, y como no puedo explicarles a qué me dedico, como si fuera un clandestino, y como además prefiero estar muy libre ahora que tengo tanto dinero, procuro que lo más importante sea ahora ponerme al día con las lecturas pendientes: llenas de afiches, Argelia francesa, autogestión, banlieues, blousons noirs, comités paritarios, détournements, enragés, flics, huegas salvajes, meneurs, obrerismo, situacionistas, tercermundistas y zapatistas. Pospongo la lectura de estos monumentos de la civilización, -“hay un montón de libros. Y estampas militares” (Andrés Trapiello)-, provisionalmente: Illuminations de Walter Benjamin, traducido al inglés, Summa Theologica de Tomás de Aquino, Scritti di storia letteraria e politica de Benedetto Croce, The Human Condition de Hannah Arendt, L’idéologie tripartie des Indo-Européens de Georges Dumézil, The Tree of Life de Edwin O. James, La Comédie humaine de Honoré de Balzac, La historia de la eternidad, de Jorge Luis Borges, Teoría y estética de la novela de Mijaíl Bajtín, Les stratégies fatales de Jean Baudrillard, Cobro revertido, de José Leandro Urbina, Cosmoagonías, de Cristina Peri Rossi, Les liaisons dangereuses, de Choderlos de Laclos, El castillo, de Franz Kafka, La asamblea de las mujeres, de Aristófanes, Indiculus luminosus de Alvaro, Apologeticus martyrum de Eulogio, La Rama dorada de J.G. Frazer, Etimologías de Isidoro de Sevilla, Diario de una ocasión perdida, de José Vidal-Beneyto, Minima Moralia de Theodor Adorno, De bello Grabnatensi, de Antonio de Nebrija, Obras Políticas y Pacifistas de Juan Luis Vives, Traité de la maison intérieure de Saint Bernard, Unsecular Man: The Persistence of Religion de Andrew M. Greeley, Libro conplido de los iudizios de las estrellas de Abenragel, Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir, Cartucho, de Nellie Campobello, The Decline of the West de Oswald Spengler, La C.N.T. en la revolución española, de José Peirats, Les grands cimetières sous la lune de Georges Bernanos, Le roman d’Alexandre: légendaire médiéval de Armand Abel, S/Z de Roland Barthes, Introduction au Coran de Régis Blachère, The Medieval Alexander de George Cary, Stanze. La parola e il fantasma nella cultura occidentale de Giorgio Agamben, The Origin and Meaning of Courtly Love de Roger Boase, Totem und Tabu de Sigmund Freud, Tristes tropiques de Claude Lévi-Strauss, No logo: el poder de las marcas, de Naomi Klein, Mémoires d’un touriste de Stendhal, España invertebrada, de José Ortega y Gasset, Marinero en tierra, de Rafael Alberti, Ética a Nicómaco, de Aristóteles, Moby Dick de Herman Melville, […], corriendo, parándome a respirar y andando con paso rápido, cruzo la puerta de Jerez, me subo en el tranvía, llego a la Plaza Nueva, sorteo la marea humana que a estas horas, entre las ocho y las nueve en primavera, inunda la calle Sierpes, llego extenuado a la Campana, me meto por la calle Trajano, y corro con todas mis fuerzas para llegar a la Alameda, no puedo más, me falta aire, pero sigo andando con paso ligero, hasta llegar a la otra punta, allí me esperan, están los dos, él con el cuadro empaquetado y ella al lado, les saludo rápidamente, se nota que estamos los tres enormemente nerviosos, de repente, cuando he sacado el fajo de billetes de mi bolsillo izquierdo, Pedro me inmoviliza por detrás mientras que Nieves me clava un puñal en la barriga, con la fuerza suficiente para que la hoja se quede metida, y me dejan tirado en la calle, desangrándome y sonrío cantando las emisiones de gases de cultura atmosférica sin efectos de calentamiento erótico que me permito enlazar como si las cosas del Ártico no fueran conmigo se llama fingir que no hay peligro se llama envenenamiento estamos en la era del descubrimiento, me remito a los hechos del ocultismo chamánico y a las leyendas de los secretos y al secretismo de los caballeros de las Cruzadas me remito a la picaresca en España me subo en un todoterreno a comer potro sin freno voy por Despeñaperros vaciando mi cuerpo de compases extranjeros voy por la velocidad voy por la lluvia de dinero de Zeus voy por Marx contemplo Las Meninas de Velázquez una vez más en Madrid contemplo la furia de la piel al llegar el mes de abril comprendo la ilusión de la Guerra Civil por acabar de una vez por todas y sin que sea la última expeditivamente apasionadamente con escopeta y panfleto con el sistema caciquil, mientras que los jóvenes alrededor comienzan a reaccionar y se abalanzan para socorrerme, escucho las sirenas de una ambulancia, ya están aquí los policías, pero todo parece un decorado triste de violencia callejera para que los demás puedan asegurarse días más tarde de que he caído por mi propia culpa en una trampa mortal que acaba definitivamente con mi carrera y mi piel, de la que solo se recordará la herida de corte zurdo como aviso para novelistas.

jueves, 27 de agosto de 2009

Epílogo mil

"Rompámonos el corazón, sería tan divertido..." - sí, suicidémonos, verás cuánta poesía sale de debajo de la cama. Somos artistas, deberíamos ser excesivos y ligeramente dementes, aprovecharemos las alas y nos arrastraremos con estilo... en fin.
Detrás de las mañanas con aceite, sal y tomate venía, como las invitadas que llegan tarde, la realidad. La realidad, con la cara torcida de las cuentas de ahorro, con sus números y sus porcentajes. Quiéreme un quince por ciento más y te daré un diez por ciento de mis desesperaciones, haremos el amor regularmente y nos pondremos a dieta dos meses antes del verano, nos haremos promesas y reproches, podremos ser crueles porque sé que me vas a aguantar.
"Dame patadas en el pecho y me podré sentir viva" me había dicho. En realidad ella pronunció algo romántico, pero yo no dejaba de oír lo mismo. No podía quitarme ese tapón del oído. Ya era algo biológico. Las matemáticas me estaban arruinando el corazón. Por la mañana temprano, antes de irme, le dejé escrito con su pintalabios en el espejo del baño "eres de puta madre, no mereces que te amargue la vida". Cambié de número de móvil, mi cuenta de mail y todo volvió a la seguridad de los cobardes. Lo de escribir con su pintalabios no fue idea mía, ya lo había visto en una película y me gustó.
Ahora, mientras friego los platos me acuerdo de su pelo. No pasa una noche sin maldecir la tabla de multiplicar y las operaciones simples en las que uno mas uno son dos. Mientras paso la aspiradora me pregunto qué estarán viendo sus ojos azules azules, qué escuchará, qué estará haciendo. A lo mejor también pasa la aspiradora en su piso alquilado, a lo mejor está sentada frente a su ventana o viendo en la tele algo sin importancia. Escuchará mis cómpact discs?, y qué pensará si los escucha?.
Se hace el silencio en los rincones. Voy a poner la radio.
Y mientras pasan los calendarios voy enterrando con números el olor de su pasta de dientes, mientras limpio el cristal de mi baño leo "eres de puta madre...". Sí que era de puta madre. Era la mejor. Como todas. Joder. Ahora no se me puede caer la lagrimita. Ahora puedo decir que lo he conseguido. Joder. Tonto cum Laude, pero qué estilo.
Ahora no me pongo a dieta dos meses antes del verano, ni promesas ni reproches, ni siquiera puedo ser cruel y eso le viene fatal al estómago. Tengo que empezar a cuidarme. Cuando peleo conmigo mismo me hago pupita.
En fin.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Toma-y-daka

Me das un pinchazo-regalo de tripas-corazón.

Te doy una veleta de aire de corcel,
sin aliento de carrera acometida.

Me das una guía-regla cuyo plástico se puede resquebrar.

Te doy la melodía discreta de los sueños,
que se esconden en las grietas de uno solo e indiscreto.

Me das un filo de papel como un dedo pincelante
-aceite, aceite sobre lino,
linaza de saliva como almíbar concentrado.

Te doy un giro de peonza
anclado al centro oscilante de la inercia;

bailarina,
libélula del agua cristalina:
solloza tu alegría una presencia,
como la noche profunda se hace eco
de su oscuridad.

Tintinéate un rozar de sábanas de seda,
haz pirotecnias de calor
sobre el telar-atmósfera del suelo.

.. ¡Y cómo retoza la sonrisa del mar,
de la cama hasta la silla,
y de la silla hasta el diván!

... y en el diván tumbada,
se turba hasta el alfeizar del
surgir de la mañana...

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Chat-poesía

Kique
Vaca-amor de oreja-ensaladera

13:54Kique
Mejillones-can auf dem cabra-spaceship

13:55Juan
dedos de marfil en el sol de luz
marfil de luz en los dedos al sol

13:55Kique
... y una morcilla en la parrilla

13:55Juan
muerte de parrilla en la luz de dedos

13:55Kique
luz en marfil sol el de dedos

13:55Juan
arcillas de la luz en los dedos del sol

13:56Kique
marfil-morcilla al dedo del sol
ardillas la luz que se arcilla al rocío

13:56Juan
luz arcilla en la marfil-morcilla al sol

13:56Kique
ardilla-morcilla en el marfil de arcilla

13:57Juan
sol fresco de ardillas la luz

13:57Kique
Las ardillas agitan el bosque como papel
caleidoscópico

13:57Juan
ardilla-morcilla en el marfil de arcilla

13:58Kique
oscila la ardilla su arcilla-morcilla de sol

13:58Juan
las ardillas morcillas se agitan en el bosque como arcilla en los dedos de papel

Kique
claudica la arcilla que se oscila entre la morcilla que solapa los dedos entre el papel

14:00Juan
las ardillas-morcillas se agitan en el bosque como dedos de arcilla; claudica el sol que solapa los dedos entre el papel...

Kique
Sol de arcilla que se oscila en las noches del bosque; ante ti claudica la ardilla que es papel en el bosque que es caleidoscopía del viento

14:02Juan
el papel oscila y las ardillas se agitan en el bosque como dedos de arcilla; claudica el sol que solapa el caleidoscopio del viento entre la hojarasca amarilla

Kique
Hojarasca amarilla,
viento de arcilla,
sueño de ardilla,

14:03Juan
Sol de arcilla...

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lunes, 10 de agosto de 2009

La acción sorda de las válvulas secretas

Llana, la onda blanca se hace llana...

El pecho hace juegos de ventosa
y deforma lo que a la vista escapa
a la acción de los dedos modelantes...

Aspirar la cordillera de despuntes con un golpe
de párpados cerrados
- parece un juego vano,
pero a veces se solapan los torrentes
cuando alisan una misma rivera de arena...

Pulir los rayos del sol
con una cascada que todo absorbe hacia un adentro
- soy agua, manantial,
río subterráneo que todo arrastra
y congela bajo el suelo.

Abro la boca,
pulso un chasquido de voz que se arrepiente,
y cae el mundo por mi garganta
como si no tuviera fondo,
-la gente se desliza,
y traen consigo sus arenas,
como oro en polvo,
por el desagüe abierto.

Como una puerta,
como un paso,
como un puente...

Veo sus cáscaras,
y me relamo en el sabor de almendra
que de ellas,
ignorantes,
he sorbido desde el seguro asiento
de la mirada silenciosa...


Como una válvula del vacío y de la nada,
voy olvidando el sabor de los que se creen
enteros desde su cáscara vacía...

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lunes, 27 de julio de 2009

Cencerro

En realidad está todo ahí,
a la distancia de un suspiro,
un espasmo cósmico,
un capricho de poniente.

O acaso la eternidad no es más que un segundo de una abulia divina...

Porque el tiempo no es sólo una depresión omnisciente
encerrada en sí misma.

¿No lo ves?

Su nombre es tañido hasta en cualquier
cencerro de vaca...

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