El misterio tiene dos reversos,
el del secreto,
y el de la nada.
Como las palabras
que rodean rotundas
su propia cobardía
sin mostrar su materia:
indecisiones disfrazadas de fuego,
un anuncio que se dilata en el tiempo,
una garantía que no se cumple,
expectativas publicitadas
que saben a fraude.
¿Dónde están los versos,
dónde la sustancia,
dónde la final demostración
que supere el auto-spot
y el presunto secreto?
Mientras provoco y espero,
ilusionado,
mi expulsión,
suenan ecos de fraude
en los silencios que se cargan de palabras,
por no saber decir nada.
El misterio,
que especula con la mentira
y la trampa pícara del auto-stop
del verbo...
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