viernes, 25 de marzo de 2011

Aquellos

Se estaba haciendo demasiado largo. Me refiero a aquel invierno. Por el aire respiraba la arquitectura del nuevo estómago, venía con bufandas como Matisse, pintaba, "son los tatuajes que no puedo llevar", decía, pintaba días llenos de árboles y parques despoblados, "no me caben los barcos que quiero", decía, la luna atravesada y el sol en astillas de los ojos más nuevos.

Coleccionaba hojas. Precioso, pensaba. Charcos que se cruzan por la diagonal y tretas que tampoco comprendía demasiado. Como alfileres crecían los dibujos preciosos de aire y toallas. Aquel invierno. De verde, azul y zumo de limón. Yo intentaba comprender el hueco de sus ojos y la trastienda del pecho. En el décimo mes decía que se marchitaba. "Soy una estación sin raíles", musitaba. "Me tatuaré una lágrima y saldré por la ventana". Qué bonita tenía la voz y el cabello!. Qué verde el sol estancado en su hombro!.

Descubrieron su cuerpo un día de primavera. A su lado encontraron suenios, dibujos, alfileres y tatuajes sin poner. Por los rincones musitaban como ratones sus hojas y los hilos de las marionetas. "Precioso" la escuché pensar. Aquellos bellísimos días y aquel luto. Las risas eran un castigo y el sol, una condena. Te he traído pinceles y clavos. Píntame una princesa en el hueco del ojo. El piano de las serenatas más turbias. Quién sabrá de nosotros?. Sombrillas que se lleva el viento. Sonatas que se pierden cuando van atravesándose los días. El tráfico de las otras personas. Cordón umbilical que se estira y con la distancia, desaparece. Susurros disueltos en ecos.

El aliento del invierno. Tengo paredes, techo y suelo. Tengo un mapa del funcionamiento. Voy a olvidarlo todo.

jueves, 17 de marzo de 2011

Homenaje a Bengazi

Libia violada

si cae Bengazi

la revolución domada

si Bengazi acaba


Sidi, dime si

cae Bengazi

que caerá también la luz


Pues caería la ciudad por la fuerza

de las armas de los hombres de Gaddafi

Si vi la ciudad

decirse así

tal vez perdí

la inteligencia


Bengazi sí

supo decir

que iba a vivir

en Libia libre


La voz del Sur

sonó en en el mar

y la salud

tomó las calles


La vez que vi

milicias libres

las vi salir

a luchar contra Gaddafi.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Todo está en regla.

En la radio estaban hablando de la gente que aún permanecía en la plaza Tahir.
_Echesé a un lado y quite la llave del contacto.
(el hombre me hablaba con la mano puesta en la pistola debajo de la camisa)
_¿Te han detenido alguna vez?
_No.
_¿De dónde vienes?
_Vengo de estudiar Derecho de casa de un amigo.
(Donde he aprendido que las normas imponen a todos la moral de la mayoría)
_Deme los papeles y bájese de coche.
Me temblaban las manos y se caían demasiados cds, pude ver que uno era el primero de los Clash...
_¿Has bebido?
_No (Siguiente pregunta por favor...)
_¿Tienes algo?
_¿Algo de qué?
_Algo que te compremeta.
(Me guardaré el desprecio por los usos y costumbres de mi época)
_No.(Hace años que no fumo porros pero ellos todavía están buscando las pruebas del delito)
_Te hemos seguido y estas cosas dan muy mala imagen. Si la policia no se salta los semáforos tampoco puedes hacerlo tú, te has saltado varios en rojo.
(Como si lo que realmente importara fuera la forma y no el fondo del asunto.)
_No volverá ocurrir. Aunque como han podido comprobar ustedes al perseguirme con nadie hemos chocado.(Post Data: Normalmente las sanciones administrativas no me suelen imponer a punta de pistola.)

Sueño de Debord en la Plaza Tahrir

Debord duerme esta noche
entre los tanques y entre las botellas
Y en sus sueños se enlazan las emanaciones del desierto y de la luz eléctrica
pronunciando una a una todas las letras de
la revolución.

Columpios maravillosos para los centauros del ciberespacio
donde un espejo culmina los juegos estratégicos.
Fin de la filosofía a orillas de un Nilo
polvoriento, sudoroso y exótico.

Los comentarios se sucederán, pero la boca de

Debord

entona una vez más las modulaciones esotéricas del gran secreto:
la vida es una poesía en la situación más incandescente.

Y en la noche seguimos girando hasta consumirnos....

martes, 18 de enero de 2011

Sueño bagdadí en América, 11-S

Una versión apócrifa de Simbad el Portero
le hace recitar entre otros versos
un pareado dirigido a los terroristas:

"Dios nos ha creado a todos iguales
/ Yo me parezco a aquel, y él se me parece.
Pero aparte de eso, nos diferenciamos ambos
como el vino del vinagre, ¡como el bueno y el malo!"

Y entre Clint Eastwood y las Mil y Una Noches
la ciudad se entrega a las fábulas de la justicia
en una reunión de víctimas del terrorismo
con representantes de la población iraquí
y familiares de los muertos del 11-M,
en Nueva York, en el mes de enero de 2011.

viernes, 7 de enero de 2011

Sueño americano en Bagdad, 2011

Amigo lonely boy, te has quedado sin tus amigos
en tu patrulla de noche, y sin tus hermanos,
no tienes a tu gente. Que es no tener cojones
ni unos jodidos cartuchos de reserva para partir el silencio
con los chillidos.
Y si no tienes a tus hermanos cerca, lonely boy,
te estás haciendo un nudo en el estómago:
te vuelves loco y no sabes enfrentarte a

la muerte sin más allá. Mala muerte.
Ten cuidado con lo que te sucede
porque si sobrevives a este sueño
tendrás que despertarte en la pesadilla
de no tener dinero cuando vuelvas a casa
que es no tener nada.
Amigo abandonado en

Bagdad por un puñado de dólares.
Nadie te espera en tu casa de trastornado psíquico.
Cuídate, lonely boy, en esta noche sin amigos.

martes, 4 de enero de 2011

Seremos los protagonistas de nuestra mutua extinción.(Advertencia para todos los que subestiman el odio.)

Cuando negocié con el barquero Caronte una pórroga para mi sombría vida
resolví volver a amarla
qué tontería..
cuando se marchaba le dije: Puedo ser vulgar pero mis sueños no lo son.
Aquella insoportable situación me había llevado hasta las orillas de la muerte.
Ahora comprendo que mi estupidez debía de ser inusualmente divertida.
Tal vez sonriendo me propuso una tregua en mi enfermedad por alguna hazaña que nunca había logrado.
Me recuperé. Al principio ,ni siquiera intenté buscarla, ni siquiera intenté buscar a otra. Luego la olvidé, la olvidé como si se hubiese muerto y una extraña ocupase su vida. En la distancia igual que ella me extinguió, yo la extiguí a ella.
Un día, gracias a aquella maldad encontré una mujer y vivimos juntos una vida vulgar.
Cuando ya muy anciano estaba en el lecho de muerte sentí que una sombra arrogante estaba detrás de la puerta. Esta vez Caronte me cobró una moneda.
Llegará un momento que el sol se transformará en una estrella gigante roja
que devorará la tierra.
Pero seguro que la encontrará vacía.

sábado, 1 de enero de 2011

El fin te hace de nuevo.

Si no sientes la apremiante necesidad de agotar la fiesta, de llegar a la meta, de escribir en el lenguaje individual de las ideas que no tienen forma, pero experimentan la necesidad de ser nombradas, en el mundo oscuro de donde todas parten.
Si no sientes la apremiante necesidad de quitar la última prenda, el velo de la rutilante muñeca que los cantos de sirena del fin del mundo han llevado incoscientemente hacia tu boca, y si los nervios cansados no dictan la moral que crea pero se opone a la propia concupiscencia que ciega a todos los amantes furtivos, que escapan a todas las premisas de la lógica y de las promesas vacías de la debilidad...
¿Por qué no abandonas para siempre todas las falsas verdades que te hacen levantarte con una idea, y susurran la infancia del día para olvidar la faz hermosa de la muerte?