martes, 22 de junio de 2010

Poema de los tiempos y las trampas





Mi España finge espejos en los juegos de pirañas
y un respiro vago de vino que recuerda mi apretura.
Un mar de envidias ganan las costas de mi patria
que en nuestra democracia la herencia es dictadura.

Si quedan aún rivales en el arte de la rima
que se vistan un ropaje que parezca de maldito
que yo reto al poeta a que compare la neblina
con una mancha de sangre y se someta al plebiscito.

No hay futuro que contenga el dolor de nuestro tiempo
ya lo dijo Breton: "Prohibido prohibir", y se han pasado
permitiendo que la abyección dé lecciones de soberbia.

La neblina es como el reino de los cielos en la tierra
que fuera del ruido del comercio crea castigos extraños
del arte tramposo cuya gloria narra la guerra civil.

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