Confieso que he amado a la chica que había debajo de aquella
melena teñida, vestida de colores chillones
y con pantalones de pitillo
y que el aburrimiento nos llevó en tardes de verano
a viajar largas distancias para unir nuestros cuerpos sin boleto de vuelta
amor desesperado entre obreros
chica de fábrica
con rodillas grandres
y vestidos manchados de cola-cola
el aburrimiento nos hizo tomar conciencia
de la necesidad del amor
aunque era una chica desengañada
a la que un beso no impresiona
y no necesitaba llevar cresta o portar alfileres
para dudar del futuro
a menudo tuvimos que librarnos del deseo de morir
entre caricias cargadas de fuego
y despedidas en mitad de la calle
casi niños aún dirigiendo nuestras vidas
cuando el presente nos hizo amar nuestra suerte
aunque estaba desde siempre destinada al fracaso.
Claro que estos son los versos, este el poema que despierta mi entusiasmo, porque sacas lo mejor. Citas sin citar a Rimbaud, con soltura. No es que los otros no me gusten, pero este tipo de poemas, hasta por el título, si me obliga a felicitarte sin reservas.
ResponderEliminarSiento haber estado tan callado, ocupado en mis cicahadices.