... Y cuando llegue la primavera te acercaré a la ventana. Que sientas el sol en la cara y el dulce sonido de los pájaros. Te acariciaré el pelo y te susurraré cosas bonitas como si fueran poesías. Cuando llegue la primavera. Tocaré tu música como si fuesen sonatinas dormidas y caminaré descalzo para no molestarte. Te traeré flores, te las acercaré para que las huelas y que recuerdes las cosas más bellas. Te hablaré campanillas, te miraré con la ternura de los enamorados y pondré tu cuello junto al mío, que sientas un pequenio calor. Te diré que hoy estás preciosa, te hablaré del azul celeste y de las naranjas en las plazoletas. Cuando llegue la primavera. La primavera.
Después, cuando llegue la noche, nos escaparemos por los tejados y te llevaré a ver cómo están las calles, verás las luces de las avenidas y los parques cómo duermen, sabes?, ahí nunca hay silencio, siempre hay un rumor de aire, de ramas, de susurros que se derraman por las ventanas, el teatrillo de la gente que pasea, la voz real de las gargantas, suaves risas y aire.
Si quieres dormir, te arroparé para que no sientas frío. Te pondré en la postura más cómoda, como las personas que duermen. Te arrullaré nanas lentas para que duermas suavemente, enredaré mis dedos en tu pelo y te cerraré los ojos con carinio. Te diré hasta maniana y pondré mi cuerpo junto al tuyo, dormiré a tu lado para que no tengas miedo. Seguro que pronto llega la primavera. Seguro que pronto llega la primavera.
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