lunes, 5 de enero de 2009

Ver

Veo, veo, qué ves...
Lo que más me jodía de ese juego infantil era que me taparan los ojos (por la fuerza, aunque eso sólo fuera un jodiendal añadido); esa manía por complicar las cosas mediante autozancadillas.
¿De dónde viene la sorpresa? De lo imprevisto, lo improbable, lo inusual, lo infrecuente, lo extraordinario.
¿Nadie saca conclusiones? ¿Para qué tanta estadística aplicada a los mocos de Occidente si luego nadie se acuerda de aplicarla a lo más elemental e importante?
La sorpresa es estadísticamente infrecuente.
Caothic system under control. They say.
Ecce contradictio.
La muerte está por todos lados; sólo los enfermos viven atormentados por ella. La gripe puede ser un estado ideal según qué circunstancias. Muerte, dolor, guerra. Lo peor: los sorprendidos y horrorizados de nuevo a pesar de los años de sorpresa-rutina.
Ecce contradictio.
Ecce contradictio.
Ecce contradictio.
¿Y la acción de ver?

3 comentarios:

  1. Veo mis mentiras que son tan flasas que se hacen ciertas.

    Una tormenta de ingenuidades.

    ResponderEliminar
  2. Sí, hablar de la guerra desde Galicia NO es sin duda ningun acto ingenuo.

    Claro que volver a la militancia antiamericanista comunista tradicional desde el Islam no llega ya ni siquiera a la ingenuidad; el ingenuo tiene excusa si se es piadoso, pero, ¿y la idiocia autorecetada que puede llevar a hacer apología del terrorismo de Hamás?

    Ay, revolución, revolución, el romanticismo de las armas... Eres un bolchevique desubicado.

    Pero tú no has visto morir a un hombre ni has oído el sonido de las armas; yo sí.

    Creeme, los ojos vidriosos de un muerto te recuerdan más a la putrefacción morla del hombre que a los fines elevados que justifican su muerte.

    A no ser que te guste...

    ResponderEliminar
  3. Efectivamente, viva Hamás, y la resistencia armada palestina.

    Y no tengo que darte ninguna explicación. Faltaría más. Todo está dicho y escrito. Si quieres puedes borrar mi enlace de tu blog, y hacer como si no me conoces.

    Faltaría más.

    ResponderEliminar