poema de Robert burns:
Cruzando el centeno, pobre cuerpo
Cruzando el centeno
Se le volaba la faldilla
Cruzando el centeno
Si un cuerpo choca un cuerpo
Cruzando por el centeno
Si un cuerpo besa un cuerpo
¿Tiene un cuerpo que llorar?
Si un cuerpo choca un cuerpo
cruzando por el valle
Si un cuerpo besa al cuerpo
¿Tiene el mundo que saberlo?
El de Jenny es un cuerpo pequeño y dulce
Jenny casi nunca tiene sed
Y se le vuela la faldilla
Cuando cruza por el centeno...
He estado ojeando por ahí y la gente dice muchas tonterias sobre este libro, que ciertamente es muy bueno, quizá lo que le raya a la gente es que el protagonista sea un niño pijo pero no se dan cuenta de que la historia podría pasarle a cualquiera, porque el fondo es una crítica social.
Y lo que le halla gustado a un par de asesinos.. ¿que? cuanta gente a muerto en nombre de la biblia…
Lo mejor de todo es que no te da ninguna solución y plantea un problema para que cada uno se cree su propia respuesta, él que encontró la suya, en la vida real se convirtió en un anacoreta.
Me gustaron mucho sus relatos cortos.
ResponderEliminar¿Tú has navegado alguna vez con la corriente, la de la inercia, sabiendo que vas derecho a estrellarte por la cascada, y siendo capaz, a pesar de ello, de balancearte en el agua con aburrimiento, parsimonia, silencio y una especie de paz a la que tan sólo molesta un ligero zumbido de culpabilidad por todos los que te quieren, y que seguro sufrirán por tu tragedia?
Es como tener el botón de desactivación de una bomba a mano, y esperar, segundo tras segundo, a pulsarlo sin decidirte, disfrutando de la espera y del desperdicio, sin estar del todo seguro de si lo pulsarás al final o la dejarás explotar en tus manos.
Ese es el periplo del protagonista: una perdición que, al final, resulta ser comprendida y perdonada (sus padres lo recogen y lo devuelven al hogar).
Mi cuñado la definió bastante cruelmente: "Es la historia de un imbécil que se dedica a hacer cosas de imbéciles".
Yo la veo más como la historia de la osadía de un niño que, aún negándose a crecer, quiere ser el padre de todos los niños del mundo.
Occidente, vamos.
A mi lo que más me gustó es la simmbiosis del ritmo entre escritura y jazz, cuando está en Nueva York. Tengo un muy buen recuerdo de todo, de la relación con el hermano pequeño, por ejemplo.
ResponderEliminarUn relato divertido, triste y profundamente bello.
Me gusto mucho el libro a mi tambien.. es excelente, lastima que el autor haya dejado de escribir mas libros aparte de los cuentos cortos que escribio hace mucho tiempo..
ResponderEliminarDuckyboy lo ha expresado perfectamente.
ResponderEliminarYo te saludo!
Acabo de terminar el guardian entre el centeno, tal vez me parezca algo sosa por la epocan en la que vivimos y tenga tanta relevancia. En sus dias si podia ser algo fuerte pero hoy en dia conocemos muchos Holden en cualquier ciudad o pueblo.
ResponderEliminarHolden no es solo un tío al que le va mal en la escuela. Creo que este libro se asemeja ligeramente al principito, no cuenta una gran historia, si no que es una reflexión crítica disfrazada de novela.
EliminarEs un libro genial. Sutilmente violento y triste.
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