Hinchado el toro,
el poeta,
el toro.
Escribe sus versos
con los cuernos en la arena,
poeta el toro,
el del escroto
con dos globos.
¿Y el bufido?
Deja al toro,
al poeta,
al toro,
que firma con un asta y puntúa
con un huevo,
henchido.
¿Ha sido un bufido?
Sólo son tachones,
arrepentidos,
que buscan el burladero...
...
...
...
..
..
..
.
.
.
Sublime final.
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