El sabor cambia,
se crece.
La boca expele palabras de desagüe
y a la sed da aire,
al hambre sangre,
y al desaliento, olor.
El sabor que crece
se hace fuelle,
rubor,
detonador de fraguas escondidas.
... pero hueles,
cambias, creces,
te haces fuelle,
detonas, muerdes.
Eres boca de sabor,
ahí,
donde se tientan los colmillos.
Y por tu aliento
tu alma cazadora,
tu carrera nocturna,
y el momento que agita en uno
dos hambres de garras y fauces...
... Y se sacian en el juego
al desenmascararse,
como una sorpresa,
cada vez,
como si nunca...
...
...
...
..
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..
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