sábado, 16 de mayo de 2009

No iré a tu fiesta

Déjame aquí no te preocupes diles que estoy bien
abriré la boca si me dices si me dices que ya no más
mediasnoches de cara cortada y botellas de champán
que se reparten que se reparten entre cien espaldas
y tu jardín de atrás.

No me creerías si te dijera si te dijera en los cuadros
el ruido sordo de todos los grises en los ecos secos
de los gladiolos y tu mesita de noche como una caja
en la que se se disuelven se disuelven esas palabras
de azúcar en café.

Y he dejado de creer en los rincones que traían
tus trenes tus trenes que sólo iban y venían exactamente
y en los calendarios que me enredaban el cabello
de balcones de balcones era primavera me dijiste y yo
quería seguir durmiendo.

No volveré a sentirme igual diles que estoy bien
haciendo ecos en los rincones en tu cocina ahí arriba
los aviones me van atravesando el pecho de hilo rojo
tu copa tu copa recuerdo tu copa naufragio me dijiste
no volveré a sentirme igual
ya no volveré a sentirme igual.

1 comentario:

  1. Se supone que las fiestas eran alegres.
    No juguemos con las depresiones, que vamos a acabar cayendo en una buena. En serio, esto será famoso.

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