No tengas vergüenza cuando le den los premios a otros
porque tú vas conociéndote a ti mismo
No tengas miedo cuando los demás sean profesionales
porque tú debes ser tu propia obra
No tengas pena cuando la calle esté desierta
porque en un interior el cielo está ardiendo
Y si alguna vez sientes nostalgia de una hermana en tu regazo
mira a tu alrededor porque toda la naturaleza te abraza.
La belleza te conmueva y luego te enciende
No tengas vergüenza cuando le den los premios a otros
porque tú sabes lo mejor que hay en ti.
No tengas pena cuando los demás no puedan ver esto,
porque a veces el mal está en los ojos de quien mira.
Arthur Stone
jueves, 30 de abril de 2009
jueves, 23 de abril de 2009
Un eco lejano: la poesía de gazal en urdu
La gran literatura en urdu, la lengua emparentada con el persa hablada en el subcontiente indio, cultralmente ligada al árabe y al islam, ha dado al patrimonio universal muchos grandes poetas. Recupero aquí una estrofa de Muhammad Iqbal, el poeta más admirado en Pakistán:
“LA KAR BARAHMANO KO SIASAT KAY PEICH MA
ZANARIO KO DEER-E-GAHAN SA NIKAL DO
WO FAQA KASH KAY MOUT SA DARTA NHI ZARA
ROOH-E-MUHAMMADI(SAW) USKAY BADAN SA NIKAL DO
FIKR-E-ARAB KO DE KAY AFRANGI TAKHAIULAT
ISLAM KO HIJAZ O YAMAN SA NIKAL DO
AFGHANIO KI GHAIRAT-E-DEEN KA HAY YE ILAJ
MULLA KO UNKAY KOH O DAMAN SA NIKAL DO
AHL-E-HARAM SA UNKI RIWAYAT CHIN LO
AAHU KO MURGHZAR-E-KHATN SA NIKAL DO
IQBAL KAY NAFAS SAY HAY LALAY KI AAG TEZ
AISAY GHAZAL SARA KO CHAMAN SA NIKAL DO”
“LA KAR BARAHMANO KO SIASAT KAY PEICH MA
ZANARIO KO DEER-E-GAHAN SA NIKAL DO
WO FAQA KASH KAY MOUT SA DARTA NHI ZARA
ROOH-E-MUHAMMADI(SAW) USKAY BADAN SA NIKAL DO
FIKR-E-ARAB KO DE KAY AFRANGI TAKHAIULAT
ISLAM KO HIJAZ O YAMAN SA NIKAL DO
AFGHANIO KI GHAIRAT-E-DEEN KA HAY YE ILAJ
MULLA KO UNKAY KOH O DAMAN SA NIKAL DO
AHL-E-HARAM SA UNKI RIWAYAT CHIN LO
AAHU KO MURGHZAR-E-KHATN SA NIKAL DO
IQBAL KAY NAFAS SAY HAY LALAY KI AAG TEZ
AISAY GHAZAL SARA KO CHAMAN SA NIKAL DO”
martes, 21 de abril de 2009
El Padre de James
Desafortunadamente
La forma de beber alcohol de John Joyce
su temeridad con el dinero
y el gasto de mantener una familia numerosa
arruinaron su fortuna
pero afortunadamente
del alcohol y de la vida y la familia
John Joyce enseñó la fortuna
a su temerario hijo James Joyce.
La forma de beber alcohol de John Joyce
su temeridad con el dinero
y el gasto de mantener una familia numerosa
arruinaron su fortuna
pero afortunadamente
del alcohol y de la vida y la familia
John Joyce enseñó la fortuna
a su temerario hijo James Joyce.
jueves, 9 de abril de 2009
Featuring un veterano monedista: Oliver Castaño Mallorca
2 poemas inéditos de uno de los grandes poetas monedistas vivos, Oliver Castaño Mallorca, escritos recientemente y presentados aquí en exclusiva:
figurín de xenofilia tardo de infidelidad
el pájaro bobo, adivina para mofarse dentre hojas clisé
un guiso en la plazoleta con un pelma espiritual
trastada trotada de los parásitos teñidos
el disc-jockey de la vastedad pigmentada de excursión.
vigorizar la proeza de la congelación,
el hormiguero dispara al anochecer
a un truhán de la memez por necrosarse
patoso triunfador en la galopada del cosmos de coqueteo.
balsamera dónde aventaja a la muerte escribiente
en el otro trozo de la desigualdad.
si los desperdicios cosméticos del cíclope,
garbear en la misiva, incidente pulsador con el huésped.
susurrar, el pescador santo al reñir en un ovillo para picotear
el ogro del humanismo operador.
signarse charni, sostén el temor obeso
el pistolero de la noche descomunal
para despoblar al rimador del litigio de la unidad.
la sanguijuela del desinteresado entre las ninfas.
descosido en el sinóptico templo, peinarse incandescente,
colocar la desventaja del blandón handicap de la guapeza.
una habitación transitoria a la serenidad seductora.
O.
vaho sembrado en zonas de caucho humanitario
un mazacote de reproches al gruñón
desatado del brillante de los grilletes.
rimero en el volcán de los caprichos
cazar en conjunto con sor pelele de la rutina,
tira el cántaro en la escalada del rebaño.
¡vamos a ver! el hule chorreando de la soberbia
¡vamos a ver! el talante de las índoles de la vergüenza.
comida rápida en la fosa paradisiaca de la humedad transigente;
hervir en la quema de la limpieza rehuida de la deshumanización.
el smash de los tímidos al agacharse
mirar a la humillación exhalando su timidez.
someter al chiste a la salida de la sal;
ultrajado de hurgar entre las presencias,
del duchado en la presunción
chapoteando en el hollín de la humorada de un morador.
Oliver.
figurín de xenofilia tardo de infidelidad
el pájaro bobo, adivina para mofarse dentre hojas clisé
un guiso en la plazoleta con un pelma espiritual
trastada trotada de los parásitos teñidos
el disc-jockey de la vastedad pigmentada de excursión.
vigorizar la proeza de la congelación,
el hormiguero dispara al anochecer
a un truhán de la memez por necrosarse
patoso triunfador en la galopada del cosmos de coqueteo.
balsamera dónde aventaja a la muerte escribiente
en el otro trozo de la desigualdad.
si los desperdicios cosméticos del cíclope,
garbear en la misiva, incidente pulsador con el huésped.
susurrar, el pescador santo al reñir en un ovillo para picotear
el ogro del humanismo operador.
signarse charni, sostén el temor obeso
el pistolero de la noche descomunal
para despoblar al rimador del litigio de la unidad.
la sanguijuela del desinteresado entre las ninfas.
descosido en el sinóptico templo, peinarse incandescente,
colocar la desventaja del blandón handicap de la guapeza.
una habitación transitoria a la serenidad seductora.
O.
vaho sembrado en zonas de caucho humanitario
un mazacote de reproches al gruñón
desatado del brillante de los grilletes.
rimero en el volcán de los caprichos
cazar en conjunto con sor pelele de la rutina,
tira el cántaro en la escalada del rebaño.
¡vamos a ver! el hule chorreando de la soberbia
¡vamos a ver! el talante de las índoles de la vergüenza.
comida rápida en la fosa paradisiaca de la humedad transigente;
hervir en la quema de la limpieza rehuida de la deshumanización.
el smash de los tímidos al agacharse
mirar a la humillación exhalando su timidez.
someter al chiste a la salida de la sal;
ultrajado de hurgar entre las presencias,
del duchado en la presunción
chapoteando en el hollín de la humorada de un morador.
Oliver.
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