jueves, 9 de diciembre de 2010

Nada es serio cuando se tienen diecisiete años.

Veinte años sin mirar hacia atrás.

¿El corazón? ¿El viejo cómplice?

una faceta encerrada en el ojo del mundo.

Recuerdo cuando el navío de mi sueño llegó

al puerto de Alejandría

¿Cómo pude alguna vez olvidarlo?

entonces todo era

una belleza formulada en su sentido genuino

una rosa perfumada en su sentido prístino

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