lunes, 10 de mayo de 2010

Cuando enciendes el cigarrillo te pareces a una película de los ochenta

Pulir estrellas. Sólo podíamos asomar para darle brillo a las estrellas. Entonces crepitaban los muros y el suelo temblaba. El latido se podía escuchar desde lejos. Éramos nosotros.
"Cuando enciendes el cigarrillo te pareces a una película de los ochenta", hablábamos de gasolina, del acelerador y de las válvulas que regían el funcionamiento del corazón. Había que pisar fuerte, preo sin hacer ruido, sólo podíamos asomar para darle brillo a las estrellas, poco más, yo tenía las cerillas y los demás tenían el resto. "Vamos a ver, cómo lo hacemos?", diseccionando la acción de cada uno, uno robaría el coche, otro cargaría el maletero, dos vigilarían, tres en el coche, otros harían la guardia. En el punto de estallar, lloverían flores, habrían aplausos y fuegos artificiales, seríamos héroes y todo sería fabuloso, pero entonces... entonces sólo podíamos asomar para darle brillo a las estrellas, qué bonito era pulir estrellas.
Dos estaban vigilando y la guardia estaba puesta, uno de nosotros robó el coche y entramos los otros dos. No se movió, nos miramos. "Venga, vámonos" - "No sé conducir". "Mierda, déjame a mí, cómo funciona ésto?". No sé cómo llegamos, pero cuando queríamos cargar, nos mira y dice "qué tenía que cargar?". Pulir estrellas. A insultos porque el plan no salía. Habíamos jugado mil veces, cómo es que no funcionaba?. Después vinieron los demás, dos de ellos dijeron que no jugaban más.
Ni explotó nada, ni llovieron flores, ni fuegos artificiales, ni fue fabuloso. En vez de ser héroes acabamos peleados y después llovió. Después todos a casa a buscar juguetes.
Yo me quedé con la caja de cerillas y me dediqué a encender candelitas por los suburbios. De noche salen mejor. Pulir estrellas. Hacer el cielo más grande. Soplar las velas de los trenes y hacer "chu-chúú", a ver adónde lleva. Asomando para darle brillo a las estrellas. Candelitas.
Nos vemos en la plazoleta.

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